Ser un anciano

‘Soy viejo lo siento y lo parezco’. Así es como comienza el ultimo libro de Jane Miller titulado ‘Crazy Age: Thoughts on Being Old’ (La edad loca: Pensamientos sobre ser una anciana). Ha recibido una crítica entusiasta por Katherine Williams en el semanal del periódico Británico ‘The Observer’. Williams dice que ‘Si alguien duda que la tercera edad puede ser realmente interesante este es el libro para ellos’. Y la escritora Melissa Benn esta de acuerdo con ella en un articulo publicado en el periódico Británico ‘The Guardian’.

Escrito por una mujer para mujeres en particular el libro conecta con una experiencia reciente que he tenido. Durante un trabajo eventual que ahora se ha acabado he conocido varias mujeres extraordinarias. Dos de ellas viven en asilos para ancianos y dos viven solas en las casas en las cuales llevan muchos años viviendo. L.D. es una de ellas. Tiene 96 años. Su marido murió cuando solo llevaban cuatro años casados. Después fue a vivir con su hermana casada (sus padres tenían 10 hijos – ‘solo uno murió en su infancia’ dijo) y con el paso del tiempo tenia que enfrentarse a las muertes de sus familiares y ahora vive sola. Durante la guerra de 39-46 cuidaba dos niños evacuados de Londres. Dice que como no tenia hijos propios que eran como suyos. Todavía esta en contacto con ellos y sus hijos y ha ido a America a visitar a uno que esta casado con un Americano.

Ahora es minusvalida con reumatismo articular. No le gusta mucho ver la tele pero ve las noticias a las 6 con la esperanza de oír algo bueno sobre el mundo y luego a las 10 por si acaso algo ha mejorado. Le llevan sus comidas a su casa y una vez a la semana le recogen para comer en la comunidad donde ve amigos de hace muchos años. Se arrepienta mucho que ya no es capaz de hacer punto – algo que disfrutaba hacer antes de sufrir de artritis. Pero dice que ‘esta contenta’.

La vida de Jane Miller ha sido muy diferente. Estuvo casado durante mas de 50 años, tiene tres hijos y seis nietos a quienes adora pero que a veces tiene miedo por ellos. Ella también es realista sobre las limitaciones de ser una anciana pero también es positiva sobre sus ventajas.

El libro se enfrenta a la verdad de la vejez – sus decepciones y dificultades pero contiene las historias de gente que se enfrenta a su propia vejez con coraje.

Este verano yo y mi mujer hemos pasado unos momentos maravillosas con nuestros tres hijas y cinco nietos. Aunque a veces ha sido agotador y caótico ha sido también idílico. Y me hace pensar en estas ancianas quienes también están pasándolo bien en su manera.
Bryan

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