Comer frutos secos es un placer, ¡y además es muy saludable!
En pequeñas cantidades, los frutos secos bajan el nivel de colesterol, mantienen sanos los vasos sanguíneos y reducen el riesgo de sufrir arteriosclerosis, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. La Asociación Americana del Corazón recomienda los frutos secos como parte esencial de una dieta saludable para el corazón.
Y en cuanto a mantener la línea, no necesitas preocuparte en absoluto si consumes entre 30 y 50 gramos de frutos secos diariamente. En vez de comer dulces o chucherías, es mucho más saludable que piques frutos secos, ya que son muy saciantes, por lo que evitan los indeseados ataques de hambre, y su alto contenido de fibra ayuda incluso a hacer la digestión.
Además de los saludables ácidos grasos Omega-3, Omega-6 y ácido linoleico, los frutos secos contienen gran cantidad de sustancias vegetales secundarias, fibra digestiva, vitaminas, minerales y oligoelementos. Los cacahuetes (que en realidad pertenecen al grupo de las legumbres) son los mejores proveedores de proteínas.
Tras un día con mucho ajetreo y estrés, o si queremos estar mentalmente en forma, los frutos secos son grandes aliados. Tienen un efecto relajante, influyen positivamente sobre nuestro estado de ánimo y favorecen la concentración.
Y algo más: comer frutos secos… ¡nos mantiene jóvenes! Especialmente las nueces de Brasil y las avellanas son, debido a su alto contenido de selenio, “pequeños milagros anti-edad”. El selenio protege contra los radicales libres y fortalece las defensas del cuerpo.
Prepárate tu cóctel de frutos secos favorito. Una estupenda forma de mantenerte joven, sano y de buen humor.
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