¿Qué tipo de alma eres?

¿Qué tipo de alma eres? Hay varios tipo de alma según el Taoísmo, dependiendo de la cantidad de vidas y experiencias que hayas vivido. ¿Tienes curiosidad por saber cómo es tu alma? Habrá almas jóvenes, maduras, viejas… Vamos a verlo.

Recordarte que el alma es el receptáculo te todas las energías de tus vidas pasadas. Cuantas más vidas, más energías diferentes, más sabiduría y como es lógico, más experiencias, que nos convierten en quienes somos y cómo somos.

Según el Tao nos reencarnamos 35 vidas por lo menos, desde que empezamos este proceso de purificación del alma, hasta que volvemos al Tao como almas ascendidas. Cada uno de nosotros antes de reencarnarnos elegimos, quién queremos ser, nuestro aspecto físico, nuestro entorno, la época, las circunstancias y cuál será nuestro Karma. Por otra parte, elegimos con quién queremos reencarnarnos, para vivir esa vida. Quién será quién y si el clan elegido para esa reencarnación está de acuerdo de reencarnarse contigo.

El afrontar las vidas y los karmas y superarlos, hace evolucionar nuestra alma, hasta llegar a un nivel superior de evolución en el que alcanzamos la perfección y pasamos a ser nuestro YO superior.

Según el Tao existen 7 tipos de almas. Para saber en qué nivel estás, tendrás que leer cada una de ellas y ver con cuál te identificas.

La primera de ellas es como el alma recién nacida sin experiencia, con total inocencia y desprotegida ante los avatares de la vida. Les complace ayudar a los demás. Pero su inocencia hace que abusen y se aprovechen de ellas. Evolucionará a través del sufrimiento y las experiencias complicadas y tortuosas. Les toca vivir experiencias muy primarias como: la época de las cavernas, pertenecer a un tribu indígenas rudimentaria… que viven situaciones muy difíciles con tal de alimentarse y proteger su vida.
Un alma infantil es un alma joven, que ya ha aprendido sobre la vida, pero que sólo se siente bien si recibe órdenes, si se rige por unas normas bien definidas y siguiendo sus principios aprendidos desde jóvenes. Lo cotidiano y sin cambios le aportan seguridad. Lo contrario les aporta dolor y es con ello con lo que evolucionan. Tendrían vidas como de: militares, policías, religiosos, terroristas…
Un alma joven es superficial, le da mucha importancia al físico, a la fama, al dinero. Está preparado para luchar por conseguir todo esto, pero no para la pérdida, la pobreza, la muerte y la vejez. Por lo tanto, evolucionará a través de la pérdida, porque no está preparado para afrontarlo. Se pasará la vida luchando por sí mismo y para ayudar a los demás a vivir en la mejores condiciones.
El alma madura es aquella, que a pesar de haber conseguido mucho en la vida, su vida no tiene sentido y siente el vacío. Se angustian y se dedican a investigar la espiritualidad, la religión… van en busca de algo que de sentido a su vida y le de paz y tranquilidad de espíritu. Se pasan gran parte de su vida estudiando y buscando algo más, que les indique que ya lo han conseguido todo y les aporte la paz.
El alma vieja es aquella, que ha aprendido a vivir y dejar vivir a los demás. Tiene mucha sabiduría almacenada a lo largo de su existencia. Qué sabe mucho de la vida y aprecia la belleza, la naturaleza, las personas y la buena vida. Es aquella que busca ser feliz sin causar daño a nadie y crearse más karma. Sabe cómo conseguir todo lo que se propone y todo le sale bien. Es empática y sabe cómo ayudar a los demás. Se convierten en facilitadores para los demás.
Son las almas negativas, que están muy evolucionadas, tienen un nivel de comprensión y percepción sobrehumanos y han logrado todos sus objetivos en la vida. Lo malo es que su egoísmo, ambición y maldad, les ha llevado a sembrar el mal con el único fin de enriquecerse a costa de los demás. No son capaces de ayudar, no son generosos, porque su ambición crueldad no tiene límites.
Son almas que se encuentran ya en el plano superior. El Yo superior. Tienen consciencia de quien son realmente, quienes han sido, las vidas que han vivido, cuál es su fin y todo lo que han conseguido. Son las que quieren hacer el bien, quieren guían a los demás, las que dirigen a pueblos hacia la libertad, felicidad y riqueza. Las que lo ven todo con claridad y comparten sus conocimientos y riquezas.