El turismo rural

El incendio que desde el domingo afecta al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, del que ha arrasado ya casi 4.000 hectáreas, sumados a los ya abundantes fuegos de este verano 2005, he de confesar que me causa mucha tristeza, indignación y rabia.

Un patrimonio natural como el de España, muy vulnerable debido a los fuertes procesos de desertización y las escasas iniciativas de recuperación y protección ambiental, se va haciendo añicos año tras año, ante la inoperancia de política.

El turismo rural en España

Es triste también porque, pese a la sequía, los incendios, y el calor, los ciudadanos optan de forma creciente por un turismo rural en España que está en auge. En estas fechas es difícil encontrar habitación en uno de los muchos hoteles rurales llenos de encanto que en los últimos años prodigan en la geografía española.

Esta oferta rural es un patrimonio de excepcional valor que los ciudadanos cada vez más disfrutan, valoran y demandan. Hay razones suficientes para que los gobiernos apuesten por esta vía más allá de las declaraciones programáticas.

Ventajas del turismo rural

  1. Supone un medio de trabajo para personas que vuelven a pueblos y parajes -algunos despoblados- preservando un equilibrio territorial necesario. Facilita el acceso a la vivienda a un precios muchos más bajos que los de las ciudades, con una calidad de vida mayor.
  2. Fomentan un turismo alternativo en lugares muy bellos de nula congestión. La creciente oferta y éxito de este tipo de hoteles crecientes, construido a partir de casonas, casa viejas, casas señoriales, monumentos, edificaciones agrícolas… ha revolucionado la oferta turística española.
  3. Fomenta el conocimiento de la disparidad de paisajes y culturas en España, algo que puede ayudar a comprender más la riqueza de la diversidad y el respeto a la misma.
  4. Llega a amplios territorios y zonas despobladas de España, algunas cercanas a parques naturales que necesitan de una mínima población en sus entornos.
  5. Es una realidad que funciona. La actual oferta creciente de hoteles de calidad en pueblos y zonas rurales es un hecho. La vocación una nueva clase hotelera ligada a este tipo de establecimientos que han sido y están siendo unos auténticos revolucionarios del turismo del interior materializa en la práctica lo que hace unos años era una utopía.
  6. Es un turismo que no agudiza los desequilibrios y problemas del turismo del litoral (escasez de agua, precios viviendas, congestión de infraestructuras…) y equilibran los precios de los hoteles en la costa.
  7. Promueve la calidad de los productos y autenticidad en los platos tradicionales -un patrimonio en peligro-.

Podríamos dar mil argumentos más. Quizás lo más práctico es que nuestros políticos visiten los hoteles con encanto de las zonas rurales, o paren a comer en el restaurante Mesón del Oso de Cosgaya. Por lo pronto la Sierra de Cazorla arde… ¿cuantos desastres más tendrán que ocurrir para dotar de medios y de inversiones a este sector?Vicente S.Temas relacionados

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