Historias de Amores

Todos coincidirán conmigo cuando digo que si contáramos la historia más hermosa, impresionante, triste, eterna o imposible de amor que hayamos vivido podríamos escribir el libro de la experiencia. Este post es para invitaros a que lo hagáis, si tenéis una historia propia, o cercana de la que estáis seguros que ha sucedido en realidad.

Para animaros compartiré la historia de alguien muy cercana a mí y que escuché con tanta emoción y atención que creo que me marcó como a los que la vivieron.
Cuando la historia de una persona empieza con las dificultades que ha vivido desde su infancia es fácil sentir empatía, y más si es alguien a quien quieres y con la que te sientes unido.


Todo comenzó en los años 50, la historia de amor en sí, pero para que os ubiquéis os diré que la chica había tenido una infancia muy difícil llena de carencias y de falta de amor y atención, era la tercera hija de seis que nunca supo quién era su padre.
Su madre era una buena mujer aunque no tan buena madre como ella hubiera deseado. Aún con la falta de amor y casi todo, la chica siempre tuvo en mente que había algo más que lo que ella había conocido. Cuando llegó a la adolescencia se sintió liberada y un poco más cerca de su objetivo, ser feliz, se convirtió en una chica guapa, aunque con el estigma de ser una niña casi abandonada y que había crecido en la calle.
A los 17 años en una fiesta de las que se celebraban en los pueblos pequeños por esta época creyó en todo lo que un día había pensado casi imposible, un hombre, mayor que ella por lo menos 15 años se acercó y la trató con tanto respeto que ella pensó que la estaba confundiendo con otra, no era difícil darse cuenta que era un hombre adinerado y en esa época y circunstancias comprometido, pero ella obvió todo esto, no sé si por sentirse por primera vez importante, importante para alguien. Sin tener a nadie para dar cuentas de sus actos, pues su madre nunca se interesó, la chica se enamoró perdidamente de este hombre, se veían a escondidas pues él además de estar casado tenía ya hijos y era un conocido de la sociedad del lugar.
Cuando recuerdo la emoción de las palabras que oí cuando me lo contaba puedo asegurar que el amor a pesar de haber pasado tantos años seguía siendo el mismo, pero cuando algo no es para nosotros no hay manera de cambiarlo.
Después de un par de años, amando a este hombre y sintiéndose amada de igual forma por él se decidió a decirle que no podía seguir compartiendo su amor, que necesitaba saberse la única. Se dice que los recuerdos son lo que queremos que sean, y ella prefirió pensar que más que por amor a su esposa había elegido a su familia por sus hijos.
Con el corazón completamente roto, 19 años y otra vez sola, pensó que la única forma de arreglar su situación casándose con alguien que la amara, sin importar que ella siguiera amando a otro.
No tardaron en llegar los pretendientes, y ella con la cabeza esta vez eligió a un buen hombre que la amaba, pero a quien no podía corresponder. Decidida a olvidar no tardó en comprometerse y casarse, aunque el amor seguía ahí pero por la persona equivocada.
Después de un año casada el primer embarazo llegó, su marido trabajaba mucho y viajaba mucho, un día viendo una película, sola, en el cine de aquella época y con seis meses de embarazo tuvo el encuentro que ella siempre soñó, sin darse cuenta alguien se había sentado a su lado y le susurro que se veía preciosa, sin siquiera mirar supo de quién se trataba, sintió un vuelco en el corazón pero no miró, se limitó a decir gracias.
Él sin perder un segundo de la oportunidad le pidió perdón por haberla dejado, por haber elegido a su esposa si era a ella a quien en realidad amaba….
Hasta ese momento pensó que nada la haría sentirse más afortunada que oír esas palabras de el amor de su vida, había soñado tantas veces con ese momento, con estar de nuevo con él. Pero esta vez fue diferente, el amor que siempre creyó que no podía ser más grande había encontrado un adversario contra el cuál ni él ni nadie podía luchar ni compararse, después de pedirle perdón y de decirle que la amaba con locura, que estaba dispuesto a dejarlo todo por ella, que de ahora en adelante serían felices. Ella pudo confirmarlo, le amaba tanto como el primer día, sin pensarlo ni siquiera un segundo cuando él le propuso que se escaparan juntos y que su hijo, el que estaba por nacer sería tan suyo como de ella  contestó con un rotundo «NO».
Desde ese día ella tuvo claro que el amor más grande del mundo es el que profesaría a cada uno de sus hijos, uno o cien, esa mujer que a sus 75 años me contó esta historia fue quién me convenció de que no hay amor comparable que el amor de una madre a sus hijos.
Si queréis saber si volvieron a estar juntos la respuesta es no, ella siguió casada con el «buen hombre» a quien acompañó hasta el último día de su vida y con quien tuvo 4 hijos a los que ama hasta hoy.
El amor es lo que sentimos intensamente, es cambiante, incomprensible, pero si es real es eterno, y no hay duda de que este amor lo será siempre.



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2 Respuestas

  1. Rorro CL 11 años ago
  2. Anónimo 11 años ago

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