Prácticas abusivas: el problema de los taxis de los aeropuertos

La distancia entre Bristol y Alicante es de aproximadamente unos 2.204 km (según Google Maps). En un vuelo directo se tarda poco más de dos horas con Easyjet, aerolínea que mantiene vuelos diarios. Su coste -si la reserva se hace con suficiente antelación- puede no superar los 30 €.  Estos precios tan ventajosos han unido el turismo de esa parte del suroeste del Reino Unido con esta zona del sureste español.

Los taxis oficiales del Aeropuerto de Alicante («El Altet»)

Tras llegar en un vuelo que aterrizó sobre las 11.30 de la noche, cogemos un taxi oficial en la parada. Pese a que el Aeropuerto es provincial (un radio de unos 90 km) los únicos taxis que pueden dar ese servicio son de la ciudad de Elche, término municipal en el que se ubica el Aeropuerto. La ciudad de Alicante está a 11,8 km del Aeropuerto. Precio por el servicio: 40 euros. Al preguntarle al taxista me comenta que es «tarifa nocturna» y lejanía del centro, siete km más. En total, unos 19 km de taxi: 40 euros (27-6-2014)

Hace dos años aproximadamente, mi padre de 79, no sabe casi nada español cogió el mismo servicio de taxi a la misma hora. El taxista no encontró la calle y optó en bajarle la maleta y dejarle en una calle cercana alegando que no encontraba la calle que le decía.. (¡¡a las 12 de la noche!!). Al quedarse sin batería en su móvil, tardamos hora y media en encontrar a mi padre.

Los taxis oficiales según una gran parte de la población española den un servicio oficial pésimo y caro. Constituyen un lobby influyente en cada municipio y que se convierten un flagrante monopolio con prácticas abusivas. Ni los municipios ni las direcciones de los Aeropuertos mueven un sólo dedo para cambiar esto. Y eso que este tipo de prácticas contribuyen deteriorar la imagen turística de España en general y no son exclusivas del Aeropuerto de Alicante. Actualmente, este tipo de abusos nada más producirse, sus víctimas los comparten con sus amigos en Twitter, Facebook. Whatsapp… empobreciendo la imagen de España.

La solución: concertar transporte por Internet (incluso taxis no oficiales)

Estos temas empiezan a tener ya solución en España. La falta de voluntad política de los responsables y policy makers han hecho que estos temas sean irresolubles, pero el móvil ha venido a darle la solución a los usuarios.

Gracias a Internet hay más presión en los precios de vuelos a cualquier parte de Europa (en un mercado que dominan cuatro aerolíneas low cost en Europa) que un municipio con centenares de taxis, un concejal complaciente y un director de aeropuerto que mira hacia otro lado. La solución de los taxis también ha venido de la mano de Internet.

En Madrid son muchos los servicios de taxi por Internet. Por ejemplo Cabify, un vehículo de alta gama, impecable con un conductor educado y que domina idiomas, concertado el precio previamente por Internet (una App para móviles) es de unos 35 € y te lleva a 26 km de radio desde el centro de la ciudad. Es un excelente servicio, muy profesional y serio, infinitamente mejor que el de los taxis estándar.

Paradójicamente, los taxistas de Barcelona y Madrid están en guerra contra este tipo de servicios. Lo llaman intrusismo. Hacen peligrar unas tarifas abusivas (y sangrantes en una crisis económica española como la actual) y unos ingresos a los Ayuntamientos de licencias muy caras y a veces explotadas hasta el límite.

Imagen del diario EL País. Un taxista golpea un coche
que ha concertado vía Internet un servicio con un cliente

Madrid o Barcelona están llenos de bastantes taxis «sucios y con taxistas dispuestos a hacer funcionar en exceso el taxímetro», con unos conductores donde la profesionalidad brilla por su ausencia y los abusos son frecuentes. El más usual es llevar a los clientes no familiarizados con la ciudad por trayectos más largos. Algunos abusos están oficializados legalmente, como por ejemplo aplicar un sobreprecio por recogerte en la estación de ferrocarril terminal de los trenes AVE y llevarte a otro punto de la ciudad.

Frente a estas irracionalidades de políticas que acaban dañando a clientes y a los propios taxistas, la solución ha venido de la mano de Internet. Clientes y Profesionales que se ponen de acuerdo con precios previamente acordados y cerrados, pago mediante tarjeta realizado automáticamente al final del trayecto. Lo malo, los reguladores no saben si ponerse de parte de los taxistas…

Los taxis convencionales tienen un serio problema. Licencias sin criterios sólidos (ingresos fáciles para el municipio), tarifas abusivas para los clientes y servicios profesionales que dejan mucho que desear. Lo dicho la culpa no es de los taxistas; sólo la incompetencia de los responsables y policy makers hace que estos temas sean irresolubles. Internet es el medio que pone de relieve la solución y el problema de la incompetencia.

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3 Respuestas

  1. Alden 8 años ago
  2. Anónimo 9 años ago
  3. Antonio 10 años ago

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