Nueva aerolínea de vuelos baratos a los Estados Unidos

El presidente de Ryanair ha declarado que, en menos de tres años, los pasajeros podrían estar disfrutando de vuelos económicos entre EEUU y Europa a través de una aerolínea respaldada por su compañía.

Michael O’Leary afirmó que sus planes de poner en marcha un servicio trasatlántico económico se han visto reafirmados por la crisis en el sector, que podría rebajar considerablemente el coste de los aviones de larga distancia a medida que la competencia quiebra o cancela sus pedidos.

La aerolínea realizará vuelos desde hasta nueve bases a cada lado del Atlántico, con Stansted, Frankfurt-Hahn y Rome-Fiumicino entre los candidatos para Europa; el aeropuerto de Islip, en Long Island, podría ser la base en Nueva York.

Según O’Leary, la aerolínea se podría poner en marcha 18 mese después de adquirir una nueva flota el próximo año. «Puede que surja la oportunidad de comprar aviones de largo recorrido a buen precio el próximo año, en cuyo caso podríamos poner en marcha un programa económico de largo recorrido en dos años y medio», comentó.

Y añadió que Ryanair sería «claramente independiente» de la nueva aerolínea, que intentará pelear mejor que Zoom (aerolínea británico-canadiense que quebró en agosto) en el mercado de los vuelos económicos de largo recorrido. O’Leary señaló también que no sería él quien dirigiese la nueva empresa, aunque podría sumarse a otros inversores de Ryanair, como Prudential y TPG, en la financiación de la empresa.

La aerolínea espera poder contar con una flota de aviones nuevos, al hacerse con los pedidos de Boeing y Airbus que sean cancelados por la quiebra o dificultades económicas de otras compañías. O’Leary ya obtuvo descuentos importantes de Boeing durante la última crisis del sector, cuando realizó un considerable pedido para ampliar su flota.

O’Leary espera también ofrecer una zona de clase business con camas a un precio inferior al de BA o Virgin Atlantic.

Según el presidente de Ryanair, al menos una aerolínea británica y dos continentales podrían quebrar en unas cuantas semanas, ya que cualquier beneficio que puedan obtener con la bajada del precio del combustible llegará demasiado tarde como para salvar a las empresas menos rentables.

Fuente: The Guardian Business

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