Un PP fuerte y crecido

Esperanza Aguirre lo dijo ayer con claridad en su Congreso: «el objetivo del PP es estar preparado para que esta legislatura no llegue a su fin». ¿Exagerado? ¿Congresual?

Lo cierto es que aquellos que vaticinaban fuertes tensiones en el PP tras la pérdida del Gobierno que acabarían por hundir el partido durante un cierto tiempo se están equivocando. Galicia, Madrid y la Comunidad Valenciana, afectados por graves disputas internas, han superado en buena parte sus problemas. No debería pasar desapercibida la extrema debilidad del partido socialista en estas comunidades autónomas. Tendencia que el propio gobierno central quizás desarrolla al verse condicionado en exceso por el socialismo catalán.

Aznar llega hoy fuerte y crecido al Congreso. Sus primeras declaraciones de esta mañana a la Comisión siguen su línea dogmática y prepotente. Llega con el pecho hinchado, con Bush a sus espaldas y tras una semana política en la que Zapatero naufragaba por todos lados.

La línea «dura» del PP se afianza. Aguirre ha fulminado a todo un Gallardón en su propio terreno. Es una mujer a no perder de vista. Que lo haya dicho ella tiene mucho significado. Aguirre es la quintaesencia del Partido Popular. ¿Hay base para pensar que Zapatero tendrá que adelantar las elecciones?

Veamos algunas gradas del escenario, el PP:

  • El Partido Popular controla estrechamente grupos mediáticos muy importantes. La pérdida de la televisión pública nacional, aunque notable, no debe verse como una restricción absoluta en la canalización de los mensajes precisos que este partido da puntualmente a su electorado.

  • El Partido Popular controla un gran número de empresas importantes de este país. Teléfonica, BBVA, entre otras, conforman una red de influencias muy significativa y que la actitud tecnocrática de Pedro Solbes quizás no llegue a neutralizar.
  • Aznar y el Partido Popular tienen un claro respaldo de la Administración Bush.
  • Y en el PP existe una fuerte unidad «ideológica» y sin fisuras relevantes.

El PSOE:

  • Un intento de influir por parte de los históricos en las decisiones del Gobierno Zapatero (Ibarra, Caso Vera…).
  • Debilidad de los cuadros del partido socialista en muchas comunidades autónomas importantes (Madrid, Castilla -León, Comunidad Valenciana, Galicia, Baleares…).
  • Una política exterior limitada por la reciente relección de George Bush.
  • Una imagen compleja derivada de la influencia de Pascual Margall en Zapatero y la sujeción de ambos al nacionalismo radical catalán.
  • Falta de claridad en la estrategia operativa del partido socialista y en sus objetivos.

Aún así las cosas es dificil vislumbrar que el PP pueda provocar unas condiciones que lleven a Zapatero a convocar unas elecciones anticipadas. Pero más difícil lo tenía el PP en la Comunidad de Madrid y Rodríguez Zapatero vió como a su gente se le esfumaba la Comunidad de Madrid incluso antes de tomar posesión.

Por esta razón es muy significativo que haya sido Esperanza Aguirre la portavoz del mensaje. ¿Qué información guarda que no sabemos? Probablemente la ausencia de los diputados del PSOE que no votararon en el Pleno del Congreso la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial le habrá puesto los pelos de punta a más de uno… De momento, el PP ya tiene la Alcaldía de León.

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