Los precios de las viviendas normales en España han alcanzado los niveles que hace escasamente unos diez años correspondían a las mansiones. Pero la realidad es que, pese a los precios que pagamos las calidades son muy dispares y dejan mucho que desear. Es frecuente que viviendas con menos de cinco años de antiguedad se vean afectadas por mil problemas cotidianos derivados de materiales u obras ejecutadas de forma deficiente.
Cabe preguntarse si con el dinero que pagamos tenemos derecho a auténticas mansiones. Tendríamos que analizar los componentes del precio de una vivienda uno a uno e identificar qué pagamos y por qué pagamos. ¿Suelo? ¿Enormes beneficios de las constructoras?
Suelo y actividad constructora.
Pese a la enorme cantidad de espacio construido no parece que todavía sea escaso. Es evidente que lo que falla es la política del suelo que hacen las administraciones públicas.
Las tecnologías de las construcción han avanzado mucho en los últimos años. A esto hay que unir una gran parte de las empresas pequeñas que, según se afirma frecuentemente en círculos del sector, contrata a mano de obra inmigrante, en algunos casos de forma irregular, abaratando sobremanera los costes del trabajo…
Futuro
Frecuentemente se recurre a la domótica y a la nanotecnología para citar avances tecnológicos que abaratarán materiales y equipamientos «inteligentes» en nuestros hogares. Estos avances podrían hacer de nuestras casas auténticas «mansiones». Sin embargo, mucho nos tememos que seguirán a precios prohibitivos si el suelo y la actividad constructora absorben un porcentaje del precio que no se corresponde con la realidad.