Además de al polen, muchas personas son alérgicas al polvo y al moho. A menudo, el aire del interior de las casas está más sucio que el del exterior. La exposición a un aire sucio puede provocar ataques de asma o alergia, de modo que nuestra casa podría, literalmente, hacernos enfermar. Por suerte, hay varios pasos que podemos seguir para prevenir y aliviar las alergias
Alfombras y moquetas
Deshacerse de las alfombras que hacen que la habitación resulte más cálida y acogedora, pero constituyen una fuente de alérgenos. Los ácaros del polvo, el moho y el polen se acumulan en las fibras de la alfombra y todos ellos pueden producir alergia. Aspirar las alfombras con frecuencia calma los síntomas, pero las personas con alergia grave deberían pensar en retirarlas y sustituirlas por parquet o tarima de madera, baldosa, linóleo, etc.
Limitar y limpiar el número de textiles en el hogar
Alfombrillas y mantas en casa también ayuda. Todos los textiles de la casa deberían ser lavables y resistentes. Los alérgenos tienden a acumularse en tejidos más suaves y rizados. Reducir al mínimo los muebles tapizados con telas, y utilizarlos de piel, vinilo o madera.
Instalar persianas en lugar de cortinas
El polvo y la suciedad se tienden a acumular también en las cortinas; las persianas y estores lavables son una opción mucho mejor. Conviene elegir un tejido sintético o de algodón que se pueda quitar y meter en la lavadora. Para eliminar los ácaros, hay que lavar los textiles con frecuencia y en agua caliente.
Reconsiderar los sistemas de ventilación y calefacción
Al encender el aire acondicionado o calefactor pueden salir partículas de polvo. Para que el polvo permanezca en el interior, hay que cubrir las rejillas de ventilación con estopilla o malla y cambiar los filtros del aire cada tres meses aproximadamente. Los sistemas de aire acondicionado son especialmente útiles en verano para evitar que entre el polen en casa a través de las ventanas; además, los ácaros no sobreviven en un ambiente frío. Si la casa dispone de radiadores, hay que limpiarlos con frecuencia con un paño húmedo, puesto que el polvo tiende a acumularse encima y debajo de ellos.
Mantener las estancias, cajones y armarios ordenados y evitar las acumulaciones de cosas
Acumular cosas genera polvo, por lo que conviene deshacerse de libros viejos, revistas o juguetes de los niños que ya no se utilizan. Lo ideal es tener las paredes desnudas y las mesas y estanterías despejadas. Limpiar los armarios. Pasar un paño húmedo a todas las superficies al menos una vez por semana para evitar que se acumule el polvo.
Limpiar con frecuencia
La frecuencia en la limpieza de la casa es una parte fundamental para controlar los síntomas de la alergia. Si no podemos retirar la alfombra grande, debemos asegurarnos de aspirarla una vez a la semana. Algunas aspiradoras evitan que el polvo y la suciedad pasen al aire mientras se aspira. Lavar las sábanas, almohadas, alfombras pequeñas y cortinas en agua caliente con frecuencia ayudará también a evitar la acumulación de polvo, pero es inevitable que los ácaros vuelvan a aparecer. Conviene invertir en fundas antipolvo para el colchón y las almohadas. Aspirar durante unos minutos el colchón una vez al mes también ayuda.
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