21 razones para odiar museos

Razones para no perder tu tiempo en los museos

Pocos se atreven a criticar a los Museos y a recomendar a terceros que empleen su tiempo en cosas más divertidas. Parecería un ataque atroz a la inteligencia humana, a través de los entes que simbolizan la conservación y estudio de los tesoros más valiosas y variadas manifestaciones del intelecto humano.

Razones para no ir a los museos

No es el caso de Oliver Smith con sus  21 reasons why I hate museums, en The Telelegraph,  O el de James Durston  Why I hate museums en la CNN, auténticas llamadas de atención a los excesos, hipocresía  y clima de esnobismo que rodea a toda esta industria. Ambos son visitantes asiduos de museos de todo el mundo.

Haremos una síntesis e interpretación  un tanto libre de sus 21 razones.

1. Vamos solamente porque nos dicen que hay que ir

Las Guías de viaje están llenas con listados de museos y galerías de arte, cada una menos atractiva que la anterior. ¡Es lo que hacen y quieren los viajeros sofisticados sensibles!. Un exceso de ofertas y muchas de escasísimo interés para el público en general. El autor pone de ejemplo la guía de DK Eyewitness a Budapest. Si la abrimos «de un vistazo» capítulo, la primera sección está dedicada a las «mejores» museos y galerías de la ciudad. Allí se encuentran cosas como el Golden Eagle Pharmacy Museum y el Museo en memoria de  Gizi Bajor. ¿Quién en su sano juicio quiere gastar su precioso tiempo conocer sobre la vida y los tiempos de una actriz húngara?

Actriz búlgara Gizi Bajor, Imagen: partyponty.hu

2. Seríamos más felices haciendo otra cosa

Antes de pisar el interior de un Museo, pregúntese – y conteste sinceramente – si eso es realmente lo que quiere hacer. El autor pone  como ejemplo un reciente viaje día a Florencia en el que un colega le dijo que de ninguna manera debería abandonar la ciudad sin visitar el Uffizi. Fueron y el tiempo de espera para entrar era de  45 minutos. Muy cansado  le preguntó: a su amiga: ¿Qué quieres realmente  hacer?» Salieron de la galería compraron una botella de vino tinto, dos vasos de cartón de un café, y pasaron las horas siguientes caídos por el Arno, disfrutando de una conversación, mientras miraron con nostalgia en el Ponte Vecchio. Fue maravilloso.

Ponte Vecchio Florencia

3. Son aburridos

Son cementerios de cosas. Tumbas de las cosas inanimadas. Sus habitaciones cavernosas y corredores profundos que reverberan sonidos suaves de turistas muertos arrastrando los pies y empleados bostezando.

Razones por las que odio los museos

Entre otras experiencias, Oliver Smith relata un reciente viaje a Brujas, donde visitó el Groeninge museum de la ciudad. Su colección consistía casi en su totalidad de escenas bíblicas de  artistas renacentistas y barrocos. A sus ojos – y para los de muchos otros, -todo le parecía lo mismo. Con cada nueva sala que veía más crecía su desinterés y más aceleraba su paso… Puedes ver una lista de los 20 Museos más aburridos, más abajo tienes dos de ellos dedicados al lápiz y a los collares de perro.

4. Porque esto de abajo es considerado un museo que «merece la pena»:

El Museo del lápiz en Keswick.

El lápiz más largo del mundo – The Pencil Museum, Keswick http://www.pencilmuseum.co.uk/

5. O este otro también:

El Museo de los collares de perro en Kent.

The Dog Collar Museum, Kent http://www.leeds-castle.com/Attractions/The+Dog+Collar+Museum

6. El ambiente es fúnebre

Los turistas arrastrando los pies en silencio como si estuvieran por los pasillos de un hospital y los guardias de seguridad del museo, aburridos y esperando saltar sobre cualquiera que se atreva a reírse, enviar un mensaje de texto por el móvil, comerse una galleta o el imperdonable acto de hacer una foto. Se olvidan que los museos son para el público.

7. No tenemos ni idea de lo que estamos mirando

Salvo unos pocos entendidos, los visitantes de museo somos absolutamente ignorantes sobre, digamos, tapicería oriental, o antigua alfarería egipcia. Sin embargo, los museos – incluso los mejores financiados – ofrecen un preocupante de nivel de conocimientos, ofreciendo una penosa y escasa información acerca de los objetos expuestos. ¿Cuántas personas se «iluminarán» con una inscripción que diga «olla de barro, 1200-1300, Rusia»?

razones-no-ir-museos

Incluso el personal del Museo de hecho no tienen ni idea. En 2005, el artista callejero Banksy logró colgar una pieza de arte rupestre prehistórico falso, que representaba a un hombre de las cavernas con un carrito de la compra, en las paredes del Museo Británico. Pasaron tres días antes de que nadie se diera cuenta.

8. Las pantallas interactivas son inútiles, y a menudo fuera de servicio

Normalmente las ponen para justificar la renovación de las subvenciones. Su presencia es un imán para niños aburridos que llehan ansiosos de encontrar algo que culturalmente le es cercano y con una simplemente vistazo se hartan. Si laguna vez probamos las pantallas interactivas comprobamos que son ​​superficiales e irrelevantes -diseñadas para que nadie se entera de nada- y los mandos, controles y teclas están sucias y pegajosas de demasiados dedos de Coca-Cola.

9. Niños gritando

Museo de las momias, Guanajato, México. Imagen: oddee.com

Una muestra del escaso interés didáctico de los museos de todo tipo es la presencia frecuente de niños desesperadamente aburridos, corriendo, gritando (como si vieran una momia), hurgando sus narices, y en general molestado al resto de los visitantes. En este caso los guardas de seguridad se hacen los despistados. quizás sea el momento de sacar la cámara hacer fotos de todo e hincharnos a comer galletas…

10. Sus padres…

O no digamos sus padres fervorosamente – pero extremadamente irritantes – leyendo e interpretando  las pantallas en voz alta, y diciéndoles a sus hijos, condescendiente, «esto no es tan divertido, Juan» (¡si lo sabrá él!).

11. No hay nada divertido para los adultos

¿Por qué es la innovación museística únicamente emplea para los más pequeños? ¿Realmente creen que los adultos están suficientemente entretenidos por una colección bien ordenada de cucharas de peltre?

12. Están demasiado llenos de gente

En gran parte porque la mayoría de la gente hace una cola insoportable por ver la única pintura sobre la que han escuchado algo y quieren sacar una foto cuan trofeo ganado. No es raro ver escenas como la de abajo en el Louvre:

Cola en el Louvre para fotografiar a Mona Lisa (Foto: Getty) tomada de The Telegraph

13. Los museos cuestan una fortuna de dinero público

Muchos de los museos más grandes y mejores del mundo dependen de los fondos públicos. Por ejemplo, el Museo de Historia Natural de Londres necesitaba  82 millones de libras (128 millones de dólares) para funcionar en  el periodo 2012/2013, y  el 56%, proviene de las subvenciones del gobierno. El Smithsonian ha sido financiado por una suma de 811.5 millones de dólares (año 2013) y  el gobierno  asume el 65% de sus costes totales. Al parecer estos museos tienen retornos impresionantes para sus ciudades y países. Pero no en todos los casos esto es estrictamente cierto y en todo caso hay que plantearse la diligencia de sus servicios.

14. Y pese a eso, los museos son caros

Se espera que los visitantes del Museo del 11 de Septiembre  en Nueva York paguen 24 dólares. La entrada a los Museos Vaticanos en Roma cuestan € 16.00  y para el Hermitage de Amsterdam el importes es de 15 €.

Los derechos de inscripción exorbitantes para las exposiciones especiales en los museos «de entrada gratis» de Londres también merece una mención. Henri Matisse: The Cut-Outs, por ejemplo, actualmente en la Tate Modern, cuesta un ojo de la cara: 18 libras.

15. La mayoría de los objetos se mantienen fuera de la vista del público

Por ejemplo, sólo el uno por ciento de la colección de los más de ocho millones de obras del Museo Británico está a la vista.

 16. La gente ha comenzado a tomar selfies en los museos.

Hubo incluso un día #MuseumSelfie el año pasado. Es odioso pero constituyen todo un acto de rebeldía e intento de hacerlos divertidos y del público. 

Imagen: museumselfies.tumblr.com

17. Está todo en Internet, casi con mejor visibilidad

A través del maravilloso Google Art Project usted puede ver miles de obras maestras de las galerías en todo el mundo con una increíble alta resolución, sin encontrarse con los mencionados tomadores selfie, niños gritando, guardas represores aburridos y colas interminables. Además de infinita información sobre cualquier tema que no conozcamos.

Google-Art- Project. Imagen: www.engadget.com

18. Las tiendas de regalos y los cafés son una estafa

Ninguna entrada a un museo está completa sin haber sido invitado a salir estratégicamente  a través de su tienda de regalos, donde se le dará la opción de comprar tarjetas postales a precios prohibitivos  y tazas. Incluso el Museo Memorial del 11 de Septiembre en Nueva York no se puedo resistir, cuando se abrió por primera vez, ofreciendo recuerdos de mal gusto, como un tierno «Search and Rescue Dog Plush«, un plato de queso en forma de EE.UU. (con símbolos del corazón que marcan los puntos donde los aviones secuestrados se estrellaron), y un 9 / 11 paraguas conmemorativo («Muestre su apoyo al  9.11 con este paraguas conmemorativo plegable …»).

19. A veces las obras son falsas (en China)

A principios de este año el Museo de Lucheng, en la provincia china de Liaoning, fue investigado por la policía ya que se encontraban miles de falsificaciones entre su colección de 8.000 artículos. Y el año pasado el Museo de Jibaozhai (60 millones de yuanes -£ 6,4 millones-) , ubicado en Jizhou, una ciudad en la provincia norteña de Hebei, cerró sus puertas en medio de acusaciones de que muchos de sus tesoros culturales eran falsificaciones.

Entre los errores más llamativos eran obras grabadas con la escritura que supuestamente databa de hace más de 4.000 años. Sin embargo, según un informe publicado en el diario Shanghai Daily, en la escritura aparecían caracteres chinos simplificados, que sólo entraron en uso generalizado en el siglo XX. La colección también contenía un jarrón de porcelana de cinco colores de la «dinastía Tang»  a pesar de que esta técnica sólo se inventó cientos de años más tarde, durante la dinastía Ming.  El dueño del museo más tarde habría muerto de «un ataque al corazón inducido por la ira».

Una exposición en el Museo Jibaozhai, que cerró el año pasado Imagen: The Telegraph

20. A veces son modernas:

Esto, por Barnett Newman, se vendió por 44 millones de dólares (Imegen: Getty en Telegraph)

21 …y a veces son ridículas:

De Man Ray L’Enigme d’Isidore Ducasse (Imagen: Tate Modern en Telegraph)

 

Una Respuesta

  1. Andrés 10 años ago

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