Beethoven (1)

El entusiasmo musical puede cambiar a lo largo de los años pero Beethoven siempre ha sido uno de mis compositores favoritos y en el centro de mi apreciación de la música clásica. Su historia personal de lucha y victoria sobre su angustioso temperamento y su sordera forman parte de la impresión de su música en mi mente. Pero ahora con más años aunque todavía aprecio su genio encuentro una agresión implícita en sus obras que ahora se me hace difícil disfrutar su música. Hay un ataque desapiadado sin humor en algunos de sus obras tanto que me siento la necesidad de rendirme ante ello. Su brillantez no esta en duda (¡y si lo fuera quien soy yo para cuestionarlo!) Pero si la música habla aquí tenemos una voz insistente que para mi es menos irresistible que antes.

Sin embargo he estado escuchando de nuevo mis discos de las treinta y dos sonatas para el piano de Beethoven. Son grabaciones de Paul Lewis para el sello Harmonia Mundi – quizás debería retirar mi confesión y revisar mi opinión. Estoy asombrado por su pura inventiva y su abandono de la plataforma de conciertos. Conocido en su día como un improvisador brillante y pianista virtuoso la evidencia de ello esta en su música. Uno tiene el presentimiento de un viaje emocionante en el cual esta comunicándose consigo mismo y con la gente escuchándola.

Parece que hay un dialogo constante, el teclado intentando conseguir lo que solo se experimenta en una partidura para la orquesta. Lo inesperado sigue ocurriendo – ‘¿a donde va a ir?’ me pregunto y casi siempre es donde no me lo esperaba. A pesar de mis dudas sobre Beethoven me habla en sus sonatas y pide mucha atención pero siempre me deja renovado y deseoso de más. (¡Hay mucho mas… todavía solo estoy en el numero 8!) Disfruto escuchar los adagios y minuetos que equilibran los allegros vigorosos tan característicos de los otros movimientos inquietos. Quizás esta relacionado con mi edad avanzado – me gusta la música tranquila mucho mas que antes.

Escribiré sobre este tema otra vez cuando llego al final de esta peregrinación. Mientras tanto tengo la ventaja de escuchar a un pianista maestro para quien la fidelidad a la partidura es lo más importante. Escribí un blog sobre ver Paul Lewis en directo en Abril 2008.
B.R.

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