
Cuando se analiza una evolución temporal de varios años, es recomendable desglosar las ventas en sus principales componentes, precio y cantidad, ya que la primera está directamente afectada por la inflación de una economía o zona geográfica. 2. La Rentabilidad es un indicador que añade los gastos incurridos para obtener dichos ingresos y las inversiones realizadas en periodos anteriores. Ingresos y gastos determinan, por diferencia, el Resultado de un periodo (un año) y la rentabilidad relaciona dicha magnitud con las inversiones realizadas desde el inicio de la actividad.
Es, por tanto, un importante indicador de la historia de la empresa y permite estimar el tiempo necesario para recuperar las inversiones realizadas si se mantienen las mismas condiciones (concepto estático). El principal problema de este indicador es que se basa en unos principios de contabilidad generalmente aceptados que carecen de la flexibilidad necesaria para adaptar los estados financieros principales (balance y cuenta de resultados) a la realidad de las empresas. 3. La Valoración de una empresa da un paso más y añade tres importantes variables que dinamizan los indicadores anteriores.
En primer lugar, se basa en flujos de efectivo (cash flows) y no en los resultados anuales de un negocio, de forma que introduce el efecto financiero de los aplazamientos tanto en el cobro de las ventas como en el pago de las compras o inversiones, el riesgo de credito (morosidad) y el vencimiento de las deudas. El Efectivo es una variable mucho más exacta que el Resultado. Además, tiene en cuenta la situación económico y financiera de sus competidores, las características del sector en el que opera y la evolución de la economía en donde se localiza, situando a la empresa dentro del entorno en el que desarrolla su actividad. Por último, estima los resultados futuros de la empresa, a partir de su planificación estratégica y de la capacidad de los gestores para cumplir los objetivos previstos. La valoración de una empresa es el indicador más completo sobre la evolución de un negocio. Se trata de un proceso dinámico que incorpora variables subjetivas y que puede utilizarse para un amplio abanico de funcionalidades que analizaremos con detalle próximamente.
Autor del post Ramón Pedreño, licenciado en ADE y Máster en Tributación, Socio en EMDER, Derecho y Empresa, y Asesor estratégico y financiero en IT&IS |



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