Salidas a Bolsa: 5 aspectos clave antes de invertir

Varias compañías españolas están preparadas para su salida a Bolsa en los próximos meses de 2015.

En 2014 se estrenaron en el parqué español 12 compañías y el valor de estos estrenos bursátiles alcanzó los 6.000 millones de euros, situando a España en la octava posición de los países más activos a nivel mundial de este tipo de operaciones.

Este año, Aena será la primera en saltar a la Bolsa. La compañía registró el 23 de enero el folleto de su OPV en la CNMV y planea iniciar su andadura bursátil el 11 de febrero colocando el 28% de su capital entre inversores institucionales y minoristas.

Junto a ella, Isolux, Testa (sociedad patrimonial de Sacyr), Saeta (filial de renovables de ACS) y Abertis Telecom también han anunciado su interés por saltar a la Bolsa en el corto plazo, y se espera que, al menos, otras dos compañías podrían unirse a ellas en los próximos meses.

Conocer las características del negocio de cada una de estas empresas es imprescindible antes de apostar por ellas. Además, hay que tener en cuenta cinco aspectos, propios de estas operaciones, antes de tomar una decisión al respecto.

1. Contexto económico

El momento de mercado escogido para empezar a cotizar es clave para el éxito de una salida a Bolsa. 

El panorama económico ha mejorado, después de que a finales de 2014 dos compañías (Aena y Naturhouse) decidieran retrasar sus estrenos por las turbulencias surgidas en torno a Grecia, la caída del crudo y la debilidad económica de la zona euro.

En estos momentos, en un contexto de tipos de interés en mínimos, el atractivo de salir a cotizar ha aumentado para las empresas como vía de financiación. Además, el sentimiento del mercado ha mejorado sensiblemente.

Así mismo, el mercado descuenta que el inversor tiene mucha liquidez y pocas alternativas para buscar elevadas rentabilidades, lo que favorece también este tipo de operaciones.


2. Valoración e indicadores financieros

Antes de decidirse a invertir en una compañía novata en la Bolsa es importante que el inversor estudie las principales magnitudes financieras de la compañía como la evolución de los ingresos, el EBITDA -beneficio antes de intereses, depreciaciones y amortizaciones- o el Flujo de Caja Libre, etc. Pero, además, hay que analizar con detalle la valoración de la compañía en cuestión.

Por lo general la compañía define un rango de valor orientativo previo a la fijación definitiva del precio al que comenzará a cotizar. La demanda recibida por parte de los inversores será la que determine el precio definitivo de la salida a Bolsa, que puede quedar en la parte alta o baja de dicho rango.

 
Para valorar si el precio objetivo de partida es atractivo se puede tener en cuenta el crecimiento por acción (BPA), el PER (relación precio/beneficio por acción) o el EV / EBITDA (valor del negocio / EBITDA) que se comportarán con sus competidoras internacionales. Sin embargo, el método de valoración aceptado por el mercado es el Descuento de Flujos de Caja, el cual consiste en valorar una compañía en función de la caja que es capaz de generar en el futuro.

De forma generalizada, una compañía debería salir a Bolsa con un descuento de, al menos, un 10% frente a sus homólogas. De no ser así, podría indicar que tiene un potencial de subida limitado.

3. Tramos de inversores

Otro factor a tener en cuenta es el porcentaje de la operación que será cubierta por los inversores institucionales. Lo más recomendable es que el tramo para el minorista sea menor y que los fondos de inversión y los profesionales tengan un mayor peso a la hora de cubrir la OPV.

Los inversores institucionales suelen preocuparse de fijar un precio de partida más razonable. Además del precio, valorará la estrategia y el equipo con el que cuentan las compañías para llevar a cabo sus planes de crecimiento, algo que proporciona seguridad a los minoritarios, que tiene difícil entender y evaluar los pormenores de cada salida a Bolsa.

Según los expertos, el inversor minorista se debería abstener de aportar por una compañía que no haya cubierto el tramo institucional, ya que querrá decir que hay cuestiones que no están claras.

4. Política de dividendos

Otro aspecto que los inversores miran con lupa es la política de dividendos que planean llevar a cabo las cotizaciones cuando salen a Bolsa.

El mercado español es uno de los más generosos, el IBEX-35 cuenta con una rentabilidad por dividendo de 5,99%, la cifra más elevada de Europa, y las compañías suelen preocuparse de dejar claro antes de su salida a Bolsa la remuneración que tienen previsto repartir.

Es recomendable fijarse en empresas con capacidad de generación de caja y beneficios estables, que les permitan cumplir con sus promesas de dividendos, ya que la crisis económica ha demostrado que las empresas no siempre pueden cumplir con lo prometido antes de su colocación.

5. Liquidez de los títulos

Por último, un aspecto de relevancia para los inversores es la cantidad de capital que la compañía sacará a Bolsa para su libre intercambio o free float.

Los expertos sugieren que, para un mercado como el español, una cantidad entre 1.000 millones y 600 millones de euros, sería lo suficiente para garantizar liquidez para los títulos que se estrenan en Bolsa.

En resumen, el inversor debe evaluar varios aspectos antes de tomar la decisión de invertir en una operación corporativa de esta naturaleza.

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