¿Estamos ante la tercera ola de privatizaciones en España?

Se han cumplido 25 años desde que Repsol dio el salto a la bolsa y puso en marcha lo que se llamó capitalismo popular.

Empresas estratégicas y participadas por el Estado abrieron su capital a inversores privados: Endesa, Argentaria, Telefónica, Gas Natural y otra vez Repsol realizaron grandes colocaciones de acciones entre 1993 y 1996, y Aceralia, salto al mercado entre 1997 y 2001.

Después vendría una larga travesía por el desierto por dos motivos principales:

  • Porque los sucesivos gobiernos habían exprimido ya las joyas de la corona susceptibles de salir a bolsa en un proceso de privatización de enormes proporciones.
  • Por el inicio de la gran crisis financiera de 2008, que durante largos años ha guardado en el cajón las ofertas públicas que el Estado a comenzado a desempolvar con la venta del operador de aeropuertos Aena con una valoración preliminar de 4.000 millones de euros.

La pregunta que se hace todo el mundo es: ¿Estamos ante la tercera gran oleada de privatizaciones en España?

La venta del 49% de Aena ha disparado las especulaciones sobre la enajenación de otras joyas del Estado español, pero la mayoría de estas empresas no están preparadas para ser vendidas, aunque las necesidades de liquidez del Estado tendrán la última palabra.

Olas de privatizaciones anteriores

Felipe Gonzalez fue el gran impulsor de las privatizaciones en la segunda mitad de la década de los ochenta del siglo pasado.

Desde entonces, y hasta 2001, la máquina no dejó de funcionar. Bajo el mandato del primer presidente socialista de la democracia se llevaron a cabo 80 privatizaciones por valor de más de 13.000 millones de euros.

Más tarde, los sucesivos gobiernos de José María Aznar subieron el nivel de intensidad hasta cotas desconocidas y enajenaron medio centenar de empresas por valor de unos 30.000 millones de euros.

Nunca las cuentas públicas españolas relucieron tanto como entonces.

Por último, los intentos de José Luis Rodriguez Zapatero quedaron en nada. El Gobierno suspendió la Oferte Pública de Venta (OPV) de Loterías y Apuestas del Estado a la vista de que no se podían cumplir los objetivos de ingresos ante la evidencia falta de interés de los inversores internacionales.

Y autorizó la venta de las participaciones del Estado en Red Eléctrica o Ebro, que el Partido Popular dejó en suspenso en cuanto volvió al poder.

Lista de espera

Loterías y Apuestas del Estado, Correos, Paradores, Renfe, Adif… son muchos los nombres de empresas estatales que están sonando con fuerza en los últimos meses.

Por primera vez desde que empezó la crisis, España es un país atractivo y apetecible. La economía española intensifica su todavía débil crecimiento, los costes de financiación se han desplomado y el dinero internacional entra con una alegría sin precedentes en 2007 en los mercados bursátil e inmobiliario con la consigna de que “España está barata”.

Sí, pero ¿están preparadas las candidatas para el gran salto? ¿Hay prisa por activar un proceso que ha estado guardado en el cajón durante un decenio largo?

Cuestión de “timing”

La primera clave están en el “timing”. El mercado cree que el momento es el mejor de los últimos cinco años y que la complacencia de los inversores es suficiente como para colocar estos activos en el mercado a un buen precio.

Desde el estricto punto de vista de los mercados financieros, el panorama parece completamente despejado: con los tipos de interés en mínimos históricos en la zona euro, la renta variable no deja de ganar atractivo. Y hay dinero, mucho dinero, viajando desde la renta fija hacia la bolsa a la caza y captura de rentabilidades significativas.

España es un país en pleno proceso de recuperación, por lo que si esperan un poco, muchas de las empresas que están en la lista de candidatas podrían ser mucho más atractivas a corto plazo.

Por ahora, el Estado no ha expresado oficialmente su intención de dar continuidad a las ventas de sus empresas más valiosas. Pero en su enconada batalla por la reducción del déficit público, el Ejecutivo español mantiene un plan de privatizaciones del que pretende ingresar entre 20.000 y 30.000 millones de euros.

Unos objetivos muy ambiciosos que, además de las joyas de la corona mencionadas, incluye algunas empresas estratégicas, como el Canal de Isabel II (de la Comunidad de Madrid), una de las privatizaciones más esperadas.

La historia de las dos primeras grandes oleadas de privatizaciones nos enseña que los políticos no resisten la tentación de dar un empujón a las cuentas públicas antes de enfrentarse al reto de las urnas.

Además, la amenaza del fin del bipartidismo también podría acelarar algunas privatizaciones incentivadas por intereses personales y no intereses generales del pueblo español. En los últimos días ha salido la noticia de privatizar 250 faros españoles para su explotación como establecimientos hoteleros.

Todo está en venta.

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Autor del post
Jorge Hernández Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Murcia. Soy responsable de Planificación Financiera y Reporting en el Grupo Digitex. Anteriormente, trabajó como Analista Financiero en el área de Valoración y Business Modelling de Deloitte.


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  1. Anónimo 9 años ago

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