El puzzle de las telecos en el Reino Unido: Telefónica, BT, O2…

El Presidente de Telefónica, César Alierta, acudió en noviembre de 2014 a Londres con la idea de lanzar un único mensaje sobre las negociaciones que mantiene con British Telecom (en adelante, BT).

El potencial acuerdo entre Telefónica y BT es «una alianza global», dijo Alierta, no una simple venta al grupo británico de O2, filial de la compañía española.

Para la operadora española, Reino Unido sigue siendo un mercado estratégico.

¿Por qué tendría sentido una integración Telefónica-BT?

Hay varias razones, aunque una de las más evidentes es la evolución del mercado.

Por un lado, BT no está presente en el mercado móvil. O2 era su antigua filial de móvil que la británica se vio obligada a segregar tras las multimillonarias subastas de frecuencias del 3G en Europa en el año 2000. Por otro lado, los grandes operadores del móvil británico (EE, O2-Telefónica y Vodafone) apenas tienen presencia en el negocio fijo. Hasta ahora, las ofertas convergentes no han tenido tracción en Reino Unido.

Todo lo contrario que en España, probablemente el mercado más convergente de Europa, donde el líder del sector, Telefónica, ha sido el principal actor que ha promovido la convergencia a toda velocidad y arrastrado inevitablemente a los demás competidores en dicho proceso.

Ahora es BT quien prepara su desembarco en el negocio móvil del Reino Unido y, dada su fortaleza en el negocio fijo, podría forzar la tendencia en el mercado británico, poniendo en problemas a los operadores móviles.

En este contexto, los anuncios sobre la llegada de la convergencia al mercado británico no se han hecho esperar. Primero fue EE y, hace pocas semanas, Vodafone asumió el lanzamiento de ofertas fijo-móvil. Con este panorama, la idea de crear un gran operador británico fijo + móvil sería muy atractiva.

Los analistas valoran O2 en más de 11.300 millones de euros

El objetivo de Telefónica parece ser traspasar O2 a cambio de una participación significativa en BT y, quizás, algo de dinero en metálico.

Los analistas valoran el negocio británico de Telefónica entre 9.000 y 11.000 millones de libras (11.340-13.860 millones de euros), cantidad equivalente a un 20% del capital de BT, un porcentaje que es coherente con el hecho de que la filial británica de Telefónica aportaría el 17% del beneficio bruto operativo (o EBITDA) de la empresa resultante de la fusión.

BT, con un accionariado muy fragmentado -los principales accionistas son Invesco con un 4,77% y BlackRock con un 3,9%-, encontraría en el 20% de Telefónica un auténtico accionista de referencia con capacidad para ejercer una influencia significativa en la gestión.

El éxito de la negociaciones depende de que BT no opte por adquirir EE, compañía de telefonía móvil británica, participada al 50% por Orange y Deutsche Telekom, pero un factor clave que puede contribuir al pacto entre BT y Telefónica es que el grupo español estaría dispuesto a recibir acciones del grupo británico como parte de la contraprestación, mientras que Orange y Deutsche Telekom prefieren cobrar en efectivo.

Un potencial escenario supondría la cesión de, aproximadamente, el 20% del capital de BT a Telefónica (valorado en 6.000 millones de libras), el pago de 2.000-3.000 millones de libras en metálico y el traspaso de 2.000 millones de libras de deuda financiera de la empresa española a la británica.

El banco de inversión Morgan Stanley, que figura entre los más optimistas sobre la valoración de O2, considera que el precio podría llegar a los 11.400 millones de libras, aplicando un múltiplo de 8 veces sobre el EBITDA de 1.400 millones de libras que la filial británica podría alcanzar en 2014.

Dicha operación permitiría reducir el nivel de deuda de Telefónica (43.000 millones de euros) a niveles medios del sector.

El principal problema que afronta Telefónica para maximizar el precio de O2 es la competencia de Orange y Deutsche Telekom, que en varias ocasiones han mostrado su deseo de vender EE, que ocupa el primer puesto en el mercado británico y que es fruto de la fusión, en 2009, de las filiales de Orange y Deutsche Telekom en el mercado británico.

¿Quién asumiría la dirección si se consuma la alianza Telefónica-BT?

Como nuevo accionista de la nueva BT-O2, Telefónica podría influir en la estrategia de la compañía resultante en Reino Unido y buscar acuerdos en otros mercados donde ambos grupos coinciden, como España, Alemania y Latinoamérica.

Sería una posición similar a la que ostenta actualmente la familia Cosmen en National Express desde que vendió su filial de autobuses Alsa en 2005. Los Cosmen possen el 17% de la empresa británica, en la cual pudieron nombrar al vicepresidente del consejo y participar en la gestión, sobre todo del negocio en España.

Pero el mercado señala que es difícil mantener a medio plazo estas alianzas o fusiones corporativas entre iguales.

Muchos analistas de la City hablan de una posible «jugada maestra» de BT. Creen que Telefónica necesita reducir su deuda financiera, por lo que esperan que la empresa española se conforme con una valoración ajustada de O2 y acabe vendiendo las acciones de BT que reciba de la operación.

En esta situación, el consejero delegado de BT, Gavin Patterson, tendría así luz verde para realizar la integración de su actual negocio de telefonía fija en Reino Unido con los móviles de O2, sumando una facturación conjunta de 17.000 millones de libras.

Esta supuesta ventaja negociadora de BT se ve reforzada porque, si Telefónica no acepta sus condiciones, el grupo británico podría optar por adquirir EE, el operador británico de Orange y Deutsche Telekom.

Entonces, Telefónica debería buscar otra pareja en el baile de fusiones que afronta el sector británico de telecomunicaciones. Vodafone contempla alianzas con Liberty o Sky, mientras que Hutchinson y TalkTalk también estudian operaciones.

Sin embargo, otros expertos del mercado señalan que O2 es la mejor alternativa para BT y apuntan a una posible hoja de ruta por la que Telefónica irá ganando influencia en el grupo británico si canjea su filial por un 20% del capital. Incluso se cree que la operadora española podría tener la ambición de elevar esta participación accionarial en BT con el paso del tiempo. Según la normativa británica, un inversor (en este caso, Telefónica) puede llegar al 29,99% de una cotizada sin tener que lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por el 100%.

Por el sistema de gobierno corporativo británico, donde no se reconoce a los socios de referencia, la nueva posición de Telefónica en BT le da poca representación en el consejo de administración, pero si le permite frenar operaciones corporativas en las juntas de accionistas, ya que un 29% se convierte en casi una mayoría al sumar el capital que se abstiene.

Telefónica podría mantenerse en el accionariado de BT con ese poder de bloqueo en espera de un potencial proceso de consolidación paneuropeo del sector o de la llegada de grupos estadounidenses como AT&T en busca de objetivos en el Viejo Continente.

Entonces, Telefónica tendría la opción de reaccionar lanzándose al control de BT con una OPA. Para financiarla, según los analistas de mercado, el grupo español podría vender la filial de servicios globales a grandes clientes de BT o traspasar a un fondo de infraestructuras una parte de la división de redes Openreach.

El éxito de esta estrategia es incierto. Si sale adelante el pacto Telefónica-BT, pasarán varios años hasta que se clarifique su relación definitiva.

Créditos de las imágenes: wsj.com; windowscentral.com; ibitimes.co.uk; publico.pt; telecoms.com; dsl-stad.de

Autor del post
Jorge Hernández Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Murcia. Soy responsable de Planificación Financiera y Reporting en el Grupo Digitex. Anteriormente, trabajó como Analista Financiero en el área de Valoración y Business Modelling de Deloitte.

 


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