Sociedad digital, libertad, ética y tecnología
El grupo Prensa Ibérica cumple celebra sus 40 años de aniversario y Toni Cabot me invita a reflexionar sobre cómo será el periodismo del futuro. Envite arriesgado donde los haya al que para responder se requieren dosis no solo de atrevimiento sino de bastante temeridad. Para una versión más amplia acceder al documento: La prensa del futuro.
La tecnologías digitales han transformado e incluso convulsionado la prensa en los últimos años. Su publicidad, los canales sociales de difusión, la interacción, la analítica de contenidos… Todavía hoy se siguen asimilando cómo compatibilizar el periodismo tradicional con una nueva cultura digital donde el medio emergente impone nuevas reglas. Este contexto hace todavía más difícil cualquier intento de prospectiva. No obstante intentaré responder al reto a través de estas 7 tendencias:
- Los grandes retos: la libertad de prensa, la ética, la lucha contra la manipulación. Una sociedad digital no será más avanzada que la actual o la de hace dos décadas si los principios éticos y la independencia de los medios de comunicación no está asentada en bases sólidas. Por muy digitales, disruptivos que sean los avances tecnológicos, una democracia y la cohesión o respeto social que propicia están ligados a la capacidad de estar informados con la mayor veracidad, objetividad y diversidad de opiniones. Quizás puedan y deban cambiar muchas cosas, pero ciertamente hay que tener claro en un horizonte de profundos y rápidos cambios aquello que debe preservarse a toda costa.
- Una nueva forma de gestionar y elaborar las noticias: el móvil y los wearables. Empecemos por lo evidente. La imagen de la sociedad actual la tenemos en cualquier ciudad del mundo. Singapur, Nairobi, Lima, Nueva York o Alicante. Si tomamos una foto de una calle, una parada de autobús, una discoteca… veremos que más de la mitad de las personas tiene un móvil en sus manos. Y ya casi no hablan por teléfono. Tienen un computador cada vez más potente con el que cada vez hacen más cosas: se relacionan socialmente en tiempo real, se entretienen (juegos, películas, música…), compran, pagan, controlan su economía, hacen banca, eligen pareja, toman decisiones de todo tipo, viajan, y entre otras muchas cosas, reciben noticias en tiempo real. Desde un maremoto hasta un fallo de protocolo de la Casa Real. Y además es esa gente la que decide el recorrido de la noticia, “su viralidad”. El 80% del tráfico web se realiza ya por móvil. Aunque las apps y el diseño responsive han intentado responder a las exigencias de estas plataformas, la innovación en los próximos años seguirá siendo disruptiva y adaptándose a la “cultura millennials”. Tendremos que reinventar el “periodismo en un móvil”. El papel se quedará como algo ajeno a los nuevos hábitos de las actuales generaciones. Diseño, creatividad, analítica, personalización y tecnología -mucha tecnología- serán algunos de los inputs fundamentales.
- La Inteligencia Artificial y la elaboración de noticias. Algunos predicen que dentro de unos 15 años el 90% de los artículos periodísticos serán escritos por Inteligencia Artificial (IA). Este servicio ya está disponible actualmente. Se trata de un programa de IA llamado WordSmith (la revista de tecnología Wired hace una reseña bastante favorable de la herramienta). WhordSmith es capaz de transformar los datos estructurados en un texto convincente e indistinguible de uno escrito por un autor humano. La agencia Associated Press, utilizando IA, pudo incrementar el número de empresas de las que informa periódicamente sus resultados corporativos, pasando de 300 a más de 4000 corporaciones. Hoy los periodistas de The New York Times, The Washington Post o la BBC utilizan herramientas basadas en IA para las tareas más automatizadas. En este contexto, sería lógico que los periodistas se especializarán en las tareas más creativas, más emocionales, más complejas… Pero si la IA pasa a ser “parte de la redacción” los algoritmos que subyacen en la elaboración de noticias deberán ser muy transparentes con el objetivo de impedir los sesgos de todo tipo (políticos, género, raza, sociales…).
- El Data, la IA y la personalización de las noticias. Mucha gente estará dispuesta a compartir sus datos a cambio de obtener unos servicios más personalizados, hechos a medida de sus gustos, necesidades e intereses. ¿Cuánta gente no acepta las cookies o ha dejado de utilizar Facebook ante sus reiterados “agujeros” de datos? Quizás los ciudadanos no quieran que se proteja de una forma exagerada e ineficiente su privacidad sino que se impida y castigue el mal uso o abuso que se haga de ella. Es evidente que las noticias que interesan a un adolescente, a una ama/o de casa o a un diputado en el Congreso son muy diferentes. Cada persona con la ayuda de la IA y el big data podrá obtener una elevada personalización de la información que recibe. Esto originará un gran debate sobre si el pluralismo informativo tendría cabida dentro de la personalización y cómo, con qué criterios de transparencia y carencia de manipulación.
- Noticias falsas y manipulación: trazabilidad e incentivos a la veracidad (Blockchain). El ecosistema digital tiene sus puntos débiles: en su versión más actual sería como una selva intensamente poblada donde no se sabe las especies amigas o enemigas, lo verdadero de lo falso… Difícilmente la regulación puede resolver este problema sin menoscabar el principio de libertad de expresión, además el exceso de la información existente conduce más bien a la desinformación y la confusión. La reputación profesional queda menoscabada por un entorno donde los ciudadanos parecer dar prioridad a la elaboración sensacionalista de las “fakes” frente al rigor profesional de la noticia. Ciertamente blockchain puede poner orden en todo esto. Cualquier noticia podría tener una trazabilidad desde su origen hasta la última versión conocida. Un sistema de incentivos definido por la “tokenización” en manos de los lectores en un entorno de autenticación y máxima seguridad. En efecto, la tecnología puede y debe dar respuesta a la situación. Y la dará… Pero una tecnología como blockchain aporta muchas cosas más, entre ellas dos extraordinariamente revolucionarias: la desintermediación y la carencia de controles gubernamentales. Blockchain para la prensa será la muerte de un modelo histórico y el nacimiento de otro de un potencial realmente extraordinario. Los editores del futuro tendrán que poner encima propuestas de valor muy importantes para seguir sobreviviendo y las interferencias gubernamentales que en décadas se han manifestado con reiteración podrían pasar a ser historia.
- Los asistentes virtuales, los chatbots y la información. Google Home y Amazon Echo nos introducen en cada casa la cultura del asistente o chatbots con el que nos comunicamos con lenguaje natural. sin necesidad de escribir en la pantalla reducida del móvil. Dentro de poco nos serán tan familiares e imprescindibles como lo es ya el móvil. Los lectores dialogarán con sus chatbots sobre la noticia o información y preguntarán sobre aquello que el periodista no ha escrito, no sabe o no quiere escribir. Este data será útil a los autores una vez procesado algorítmicamente. Los chatbots van a ser la punta de lanza para los medios a la hora de identificar qué quieren los usuarios. Y lo usuarios nos familiarizaremos con los chatbot rápidamente: ayer mismo hacía un a receta de Cookpad en mi cocina con Amazon Echo. Y resolvía unas dudas sobre criptomonedas en Observatorio Fintech en Google Home.
Podemos dejar volar la imaginación
Esto, insisto, llegará a las noticias. Mientras cualquier ciudadano se afeita por la mañana o va en bici al trabajo o espera en la acera un UBER / Cabify compartido, le preguntará al asistente de su móvil, o a cualquier wearable:
-
- Léeme los titulares más importantes de hoy (el chatbot seleccionará medios a través de un algoritmo personalizado -tipo “flipboarp”- que además haya identificado como de mayor impacto social y profesional). El chatbot leerá los titulares y cada vez identificará mejor aquellos que le interesan al usuario en función de su “data”. Este tema conllevará una gran polémica (ya planteada sobre la ética del algoritmo y la viablilidad del principio de “la libertad de expresión”).
- Dame más detalles sobre la noticia del Brexit. El chatbot reportará esa noticia a modo de esquema. A medio leer la noticia el usuario le interrumpirá y le hará una nueva pregunta:
- ¿Qué condiciones ha impuesto la UE sobre Irlanda del Norte? El chatbot responderá yendo a esa parte de la noticia en particular. Nuevamente el usuario le interrumpirá:
- ¿Qué efectos tendrá sobre el conjunto de Irlanda..? Al no estar esa información en la noticia el chatbot conectará con una fuente diferente y le responderá. Por supuesto, el usuario le fijará un nuevo escenario que quizás no tenga que ver con la actualidad sino con leyes o normas que un parlamento procesa en ese momento:
- ¿Tendrá algún efecto en los estudios universitarios de mi hijo en el Reino Unido? El chabot conectará con una base de datos abierta y responderá. Y por supuesto, los especialistas y las opiniones muy cualificadas tendrán su peso:
-
- Quiero conocer la opinión sintética de especialistas sobre el problema. El chatbot resumirá la postura y argumentos de los principales articulistas con mayor reputación e impacto. O de los especialistas que el usuario sigue o selecciona frecuentemente. El chatbot podrá sugerirle o no, según especificación, si le lee las opiniones más “virales”. Y la noticia quizás esté vinculada a acciones que repercutan en la vida política:
- Quiero dejar mi voto sobre esto. El chatbot gestiona en una plataforma blockchain el voto electrónico al usuario o la opiniòn positiva o negativa sobre la gestión de la UE sobre el Brexit.
- 7. El desarrollo de todo el potencial digital. El riesgo de la canibalización de la prensa en papel ha “castrado” en gran medida la imaginación y la innovación del medio digital. Hay startups innovadoras que han empezado apenas con una docena de trabajadores y han conseguido mayor tráfico web que miles de trabajadores en los medios convencionales. La prensa ha impuesto que lo digital sea un mero complemento del papel. ¿Se imaginan a los editores cuando entraron en TV limitándose a reproducir o complementar las ediciones de prensa escrita? Esto es lo que se ha hecho en un medio como Internet. La edición digital del futuro es un arte todavía por desarrollar. Es un soporte por naturaleza multimedia y creativo. Y donde el desarrollo tecnológico acaba de empezar. Una red 5G permite descarga una veintena de gigas en un segundo. La computación cuántica procesará todo infinitamente más rápido. La IA prodrá manejar y asimilar una información masiva que los seres humanos seríamos incapaces de procesar. Todos estos factores nos inducen a pensar que el periodismo del futuro está todavía por descubrir, apenas podemos esbozar o intuir algunos primeros pasos.
Enlaces relacionados:
- Para una versión más amplia acceder al documento: La prensa del futuro.
- Razones a favor y en contra de usar un chatbot en su empresa