A pesar de vivir en Halifax, Nueva Escocia, Ivan Bowman trabaja como programador en iAnywhere Solutions, en Waterloo, Ontario, igual que sus colegas. Escribe código, intercambia notas en los despachos de otros desarrolladores, asiste a reuniones y se pasa por la cocina en la hora del café. Lo único que no puede hacer es bebérselo, ya que en realidad quien está en Waterloo es IvanAnywhere, el robot que Bowman utiliza para interactuar a distancia con sus colegas de la oficina central.
En realidad el término «Robot» es un poco exagerado. IvanAnywhere es más bien un perchero con ruedas, que lleva sujetos unos altavoces, una cámara y una pantalla táctil de ordenador en la que se puede ver la cara de Bowman desde el salón de su casa en Nueva Escocia. Según sus compañeros, en estos tres meses que Bowman lleva utilizando a IvanAnywhere, se han habituado tanto a interactuar con él que apenas son conscientes de estar tratando con una máquina.
Cuando Bowman quiere preguntar algo a un compañero, en lugar de llamarlo por teléfono utiliza su joystick para conducir a IvanAnywhere hasta el despacho del compañero en cuestión. Igualmente, si Glenn Paulley, jefe de Bowman y autor de la idea de IvanAnywhere, quiere tratar algún tema con Bowman, llama a IvanAnywhere a su despacho, como haría con cualquier otro empleado.
Hace cinco años por motivos personales Bowman se trasladó a Halifax, y sus jefes le permitieron seguir trabajando para la empresa telecomunicándose a distancia. Sin embargo, aunque Bowman podía escribir el código como si estuviera en la oficina, se estaba perdiendo el contacto personal con sus compañeros, fundamental para el flujo de ideas.
Para solucionar este problema probaron diversos métodos, como que Bowman participara en las reuniones a través de un altavoz o colocar una webcam con un altavoz en una esquina de la oficina, pero todos ellos resultaban igual de frustrantes para Bowman. En los meses siguientes, los programadores empezaron a barajar la idea del robot y, finalmente, Paulley y McHardy la tomaron en serio.
McHardy, que es aficionado a los vehículos teledirigidos, montó una webcam, con una pantalla y unos altavoces en un camión teledirigido, creando el primer prototipo de IvanAnywhere. El vehículo resultó no ser la base adecuada, ya que era muy corta y aceleraba demasiado rápido, pero el prototipo demostró que se podía dirigir un robot a distancia a través de Internet con una webcam normal como visión.
McHardy pasó algunos meses investigando la “telepresencia”, término académico utilizado para referirse a los sistemas que permiten a las personas sentirse como si estuviesen en una localización remota, y encontró una base móvil con ruedas y motor de 24 voltios de la empresa estadounidense SuperDroid Robots. Le añadió una caja con suficientes baterías para hacer funcionar el robot durante la jornada laboral y los cables y dispositivos necesarios para convertir las instrucciones digitales a controles analógicos. La máquina cuenta con sensores infrarrojos de proximidad para evitar que choque contra las paredes, aunque de vez en cuando Iván aún tropieza.
Tanto la pantalla como los controles y sistema de voz añadidos por Paulley funcionan por conexión Wi-Fi a través de Internet.
Al igual que los otros empleados, IvanAnywhere tiene su propio despacho donde guarda algunas baterías y en el que se puede ver un cartel para recordar a la última persona en abandonar la oficina que lo ponga a cargar antes de irse.
Según Paulley, otros teleempleados, de iAnywhere, filial de Sybase, han expresado ya su interés en disponer de robots como este.
Fuente: Guardian Technology