Según un artículo en MIT News un trabajo de investigación realizado por un equipo internacional de científicos del MIT y otros científicos del Reino Unido, Estados Unidos, Hong Kong y Holanda han descubierto por qué remedios naturales como el ginseng no siempre son beneficiosos para todo el mundo por tener efectos opuestos.
Resulta que el ginseng puede actuar de dos maneras totalmente opuestas sobre el cuerpo humano. Según algunas teorías científicas, el ginseng fomenta la formación de nuevos vasos sanguíneos, lo que favorece la curación de heridas. Pero según otras, ginseng hace todo el contrario, frenando la producción de nuevos vasos sanguíneos, lo que ayuda a frenar el crecimiento de un tumor cancerígeno (porque los tumores se alimentan de vasos sanguíneos).
Según esta nueva investigación del equipo internacional dirigido por el MIT, las huellas químicas de cuatro distintas variedades de ginseng – ginseng americano, chino, coreana y sanqi respectivamente – demuestran que cada una tiene distintas proporciones de dos componentes claves. Estudios adicionales han demostrado que la preponderancia de uno de ellos tiene efectos positivos sobre el crecimiento de vasos sanguíneos. Pero cuando hay más del otro, se produce el efecto contrario.
Entonces el efecto (positivo o negativo) del ginseng como remedio depende de la composición de sus propiedades.
Además, según los resultados de la investigación, los procesos aplicados al extracto de ginseng para desarrollar distintas preparaciones terapeúticas también pueden alterar la composición relativa del mismo, por lo que los investigadores dicen que es importante regular su producción con unas normas que estandaricen terapias naturales a través de un análisis de su composición.
A partir de ahora se podrá aislar los componentes para lograr un efecto específico como por ejemplo fomentar la formación de nuevos vasos sanguíneos.