Según un artículo publicado en ScienceDaily, Neil Forbes, de la Universidad de Massachusetts Amherst, ha recibido del National Institutes of Health una beca de cuatro años y más de 1 millón de dólares para investigar la eliminación de tumores cancerosos con bacterias de salmonela. Forbes convierte las bacterias de la salmonela en diminutos robots exterminadores capaces de adentrarse, utilizando sus propios flagelos, en el interior de tumores convencionales, hasta alcanzar zonas a las que la quimioterapia convencional no llega. Una vez en el interior, los fármacos hechos de bacterias destruyen las células cancerosas.
“Cuando hemos llevado las bacterias de salmonela a la zona del tumor en la que queremos que estén”, señala Forbes, “hacemos que liberen un fármaco que dispara un receptor en las células cancerosas llamado ‘receptor de muerte celular’, que hace que las células se suiciden”. El proceso ya ha sido recreado con éxito en el laboratorio en ratones con cáncer, incrementando considerablemente su tasa de supervivencia.
Normalmente, los ratones con tumores mueren en 30 días, pero tras recibir este sistema bacteriano y, posteriormente, una dosis de radiación, todos los ratones de las pruebas realizadas en el laboratorio de Forbes sobrevivieron más de 30 días, algo que en personas podría traducirse en meses o años.
“Parece ciencia ficción, ¿verdad?”, señala Forbes, profesor ayudante del departamento de ingeniería química. “Pero las bacterias de salmonela son pequeños robots capaces de nadar a donde quieran. Cuentan con propulsores en forma de flagelos, tienen sensores que les indican a donde se dirigen y, además, constituyen pequeñas fábricas de sustancias químicas. Lo que nosotros hacemos como ingenieros es controlar a dónde se dirigen, qué sustancia química queremos que fabriquen y en qué momento queremos que la hagan”.
Se ha experimentado con el uso de bacterias para atacar tumores durante décadas con un éxito moderado, pero el trabajo de Forbes con la salmonela introduce una mejora radical llamada “administración terapéutica intratumoral dirigida”, que envía las bacterias a zonas del tumor, actualmente fuera del alcance de la terapias convencionales. Esto podría dar lugar a dosis individualizadas de quimioterapia para pacientes de cáncer humanos, permitir el desarrollo de una terapia más especifica y eficaz y la posibilidad de dar a los pacientes dosis más pequeñas de sustancias químicas durante el tratamiento, reduciendo, al mismo tiempo, su mortalidad.
Fuente: Science Daily