Una investigación preliminar presentada la semana pasada en el congreso de la American Chemical Society, en Washington, D.C., indica que unos microbios intestinales “amigables” modificados mediante ingeniería para fabricar una proteína específica pueden ayudar a regular el azúcar en sangre en ratones diabéticos. Aunque la investigación se encuentra todavía en sus primeras etapas, estos microbios que se pueden desarrollar en yogur podrían, algún día, ofrecer un tratamiento alternativo para las personas con diabetes.
La investigación supone un nuevo avance en los probióticos: antiguos suplementos compuestos de bacterias inocuas, como las que se encuentran en el yogur y que se ingieren para reforzar la salud. Gracias un aumento en el conocimiento de estos microbios, algunos científicos están intentando modificarlos mediante ingeniería para paliar dolencias específicas. «El concepto de utilizar bacterias para ayudar a superar (o reparar) trastornos humanos es extremadamente creativo e interesante», señaló Kelvin Lee, ingeniero químico de la Universidad de Delaware, en Maryland. «Incluso si no conduce directamente a una solución al problema de la diabetes, abre nuevas vías de pensamiento en un sentido más general», añadió.
Las personas con diabetes de tipo 1 carecen de la capacidad de fabricar insulina, una hormona que hace que la células de los músculos y las hepáticas absorban la glucosa y la almacenen para tener energía. John March, ingeniero bioquímico de la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, y sus colaboradores decidieron recrear este circuito esencial utilizando el sistema de señalización existente entre las células epiteliales que rodean el intestino y los millones de bacterias buenas que normalmente residen en el intestino. Estas células epiteliales absorben los nutrientes de los alimentos, protegen los tejidos de las bacterias dañinas y reciben las señales moleculares de las bacterias buenas. «Si ya se están enviando señales entre sí, ¿por qué no señalizar algo que queremos?», se preguntó March.
Los investigadores crearon una cepa de bacterias E. coli no patogénicas que producen una proteína llamada GLP-1. EN personas sanas, esta proteína hace que las células del páncreas fabriquen insulina. El año pasado, March y sus colaboradores mostraron que células bacterianas modificadas mediante ingeniería que segregaban la proteína podían hacer que células intestinales humanas en una placa produjeran insulina en respuesta a la glucosa. No obstante, todavía no está claro por qué la proteína tiene esta efecto.
En la nueva investigación, los investigadores alimentaron con estas bacterias a ratones diabéticos». Después de 80 días, los ratones [pasaron] de ser diabéticos a tener unos niveles de glucosa en sangre normales», señaló March. Los ratones diabéticos que no fueron alimentados con las bacterias todavía mostraban unos niveles elevados de azúcar en sangre. «La promesa, en resumen, es que un diabético podría comer yogur o beber un batido como terapia en lugar de depender de las inyecciones de insulina», señaló Kristala Jones Prather, ingeniera bioquímica del MIT, que no participó en la investigación.
Fuente: Technology Review