El fracaso de la XIV Cumbre Iberoamericana de San José no se ha debido a la falta de quórum. El líder de la oposición ha estado poco fino diplomáticamente hablando. El fracaso está ligado a la falta de ideas y de capacidad histórica para ejecutarlas en la práctica. Algo que ya viene siendo lo normal en este tipo de Cumbres.
Nunca antes las relaciones entre Iberoamérica y España habían sido tan intensas. España ha desplazado o igualado a Estados Unidos en los sectores claves para el desarrollo y modernización de la economía de la zona. Nunca antes tantos ciudadanos de América Latina residieron en España, con el anhelo de integrarse y buscar trabajo. Nunca antes el ámbito de la cultura y la educación habían curtido una red de 800 universidades y la mejor biblioteca digital de todo el planeta (ambos proyectos únicos en el mundo).
Tras más de quinientos años España ha empezado a comprender a Iberoamérica. Lo hace mejor en la esfera de los negocios privados, donde España es más cercana a América Latina que los Estados Unidos. Ciertos errores cometidos aparte, pone al frente de las empresas gente de allí. Apuesta por su historia, cultura, universidades… Aboga y defiende su riqueza natural (su biodiversidad, su gastronomía, su turismo…). Y en este ámbito de los negocios España se ha convertido potencialmente en un buen embajador de América Latina en Europa.
Sin embargo, al mismo tiempo el plano político queda circunscrito a los tópicos.
Los últimos ocho años serán recordados por los enfrentamientos de Aznar con Castro. Y ahora, con Zapatero, vamos camino del manual de tópicos de las declaraciones programáticas.
Ya nos ocupamos anticipadamente de la APEC y Bush en un anterior Blog. Bush se presentó en Chile con China y Rusia. Un mercado que representa todo un futuro de posibilidades a través del Pacífico. Una oferta realmente tentadora. Y lo hace cuando todavía vive la euforia de su muy reciente victoria.
Pero Estados Unidos nunca comprendió bien Iberoamérica. El incidente vivido a las puertas de la cena de gala tras una refriega entre los escoltas de Bush con los carabineros chilenos y la imagen de un Bush abandonando al Presidente Lagos para “rescatar” a su escolta denota, la incapacidad norteamericana para comprender el mundo, y muy especialmente el iberoamericano.
Quizás sea urgente que España, con Europa como aliada, pase de los discursos programáticos a la acción real.
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