Ejercicio y cerebro

Realizar ejercicio físico tiene un efecto positivo sobre el cerebro que envejece.
Un estudio reciente halla que los adultos mayores más activos físicamente tienen menos atrofia cerebral, un mayor volumen de materia gris y menos daño de la sustancia blanca, en comparación con sus homólogos más sedentarios.
Durante el envejecimiento, las estructuras y el funcionamiento del cerebro se deterioran. El encogimiento del cerebro que se produce con el paso de los años afecta a la memoria y a la capacidad cognitiva.
El presente análisis, publicado en la revista Neurology, incluye datos de 691 participantes con más de 69 años. Inicialmente, completaron un cuestionario en el que calificaron su participación en las actividades físicas en una escala de 6 puntos, que van desde la ausencia de ejercicio, realizar solo actividades para mantenerse en forma (como caminar) o ejercicio intenso varias por semanas.
Los participantes también calificaron la frecuencia con la que realizaban 15 actividades de ocio sociales e intelectuales, como leer un libro o hacer un crucigrama.
Tres años después, los investigadores obtuvieron medidas estructurales del cerebro mediante imágenes de resonancia magnética.
El estudio mostró que un mayor nivel de actividad física se asoció con una mayor anisotropía fraccional, un volumen de sustancia gris y blanca de apariencia normal mayor, menos atrofia y menor lesión de la materia blanca. Es decir, una menor atrofia del cerebro, un factor importante en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Curiosamente, no se encontró asociación entre la actividad de ocio y ninguno de los parámetros evaluados estructurales. 
Según los autores, los beneficios que el ejercicio podrían tener sobre el encogimiento cerebral podría deberse a un incremento del flujo de sangre, del oxígeno y de los nutrientes al cerebro.
Gow AJ, Bastin ME, Muñoz Maniega S, Valdés Hernández MC, Morris Z, Murray C, y col. Neurology (2012). Online.

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