Luchando contra el Alzheimer: no pienses en el mañana y regala felicidad hoy

1. No luches contra el olvido, sino por su bienestar

El día a día con las personas enfermas es duro, ya no sólo por lo que pueda ocurrir diariamente sino por que somos conscientes de lo que pasa. Somos conscientes de que algún día, nuestro rostro se borrara de su memoria. Saber que esto acabará ocurriendo puede atormentar a cualquiera ya que nos gustaría que las personas a las que más queremos nunca se olviden de nosotros y nos gustaría formar parte de su vida y de sus pensamientos hasta el final.
Acepta que no se puede luchar contra esto. El reto es su bienestar.

2. Regala afecto y dibuja sonrisas



Desgraciadamente la pérdida de memoria va a ocurrir; aun no hay forma de pararlo.  Pero como todo en la vida debemos afrontarlo, así que: ¿no será mejor que intentemos disfrutar con ellos el tiempo que aun se pueda? Dibujar una sonrisa en las personas que mas queremos es un regalo que no se puede comprar con dinero y quizás, sea mas sencillo de lo que pensamos. Y qué mejor manera de hacer este regalo que haciéndoles un poco de compañía, olvidar los problemas que tengan y simplemente regalar afecto. Hay varias cosas que podemos hacer, que aunque para nosotros sean significantes, en lo más profundo de la persona enferma será un muy preciado regalo.

3. Hacerles copartícipes de las actividades diarias

La mayoría de las personas hacemos actividades diarias que, con un poco de esfuerzo, se pueden convertir en un modo de hacer felices a nuestros mayores.

Por ejemplo leer una novela la podemos leer en compañía de nuestros familiares e incluso haciéndoles participes leyéndola en alto, es posible que el enfermo sea incapaz de seguir la historia, pero piénsalo, esta disfrutando de tu compañía y escuchando tu voz, eso es algo que sin duda le gustará.

4. Recrear el espacio de su memoria feliz todavía vigente



Sentarse con un álbum de fotos recordando los tiempos que, seguramente, la persona recuerde mejor que el día de hoy.  Preguntarles qué hacían de pequeños, aun que hayamos escuchado la historia mil y una veces lo importante es que muestres interés y disfrutes al ver que aun es capaz de recordar cosas. Piensa que poco a poco dejará de hacerlo. No te hace daño escuchar esa historia una vez más, haciendo participe a tu familiar y dejando que se sienta querido y no insignificante.

5. Deja que se expresen sus emociones e instintos nobles

En mi caso mi abuela era una muy buena cocinera, así que porqué no dejar que ella me dé unas «lecciones» de cocina, ella siente que es participe de lo que hago y cree que me está enseñando a cocinar, se siente útil, se siente madre, y sin duda se siente feliz creyendo que esta cuidando a su familia. Este instinto de cuidar a la familia esta arraigado en lo más profundo de cualquier persona así que es mejor permitir que salga y dejar que ella piense que sí, que sigue siendo imprescindible en algunas tareas de casa.

6. Hacer que se sientan importantes

Imagen: buzz.naturalnews


El entretenimiento de mi abuela por ejemplo, es la jardinería, le encanta que le digan que las flores las tiene preciosas, y que le pregunte como hace esto o aquello, para ella el regalo mas valioso que le puedes hacer es algo para su jardín, una flor, una maceta, o un lazo para que el jardín esté más bonito.

Si lo piensas un gesto tan pequeño como una pregunta o un cumplido dibuja una sonrisa el la cara de mucha gente, ¿por qué no va a ser así en nuestros mayores?

7. Trabajar y estar cerca de ellos

Por ultimo, hay cosas que hacemos solos, pero que no supondría ningún cambio hacerlo un poco cerca de ellos, ver un película a su lado para ellos se puede convertir en el mejor momento del día. Con el ordenador por ejemplo, siempre puedes utilizar cinco minutos para enseñarle fotos, videos, canciones de algo que sabes que le gustara, flores, animales, canciones de su infancia…

8. No pienses en el mañana y regala hoy toda la felicidad que puedas



Sabemos que esta enfermedad no cambiará, y es posible pensar que las cosas que hagamos para que estén felices serán borradas de su memoria al día siguiente, pero no pienses en el día de mañana, piensa que aquí, hoy y ahora esa sonrisa es tanto un regalo para ti como para ellos, aunque seguramente sea un regalo que te estés haciendo tú mismo, sabiendo que sin duda alguna, estas regalando felicidad.

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