Muchas veces las mujeres nos hacemos un flaco favor. Somos muy generosas en valorar los logros de los demás y, sin embargo, en el momento de valorar a nosotras mismas encontramos mil y una pegas. Pegas relacionadas con nuestro físico, con lo que la sociedad espera de una mujer, pegas relacionadas con lo que nosotras nos sentimos capaces de ofrecer, con el quépensarán, con el nopuedocontodo, porque al no sentir especialmente valoradas se nos cae la autoestima… Muchas veces somos nuestra peor enemiga. En una entrevista en the Guardian la magnífica escritora norteamericana Roxane Gay, quien se autocalifica a si misma «Mala feminista». Gay dice que es una feminista mala porque «soy humana, y tengo fallos». ¡¡Bienvenida a la raza humana!! La semana pasada vi un estudio que había pedido a mujeres déficit en autoestima buscar algo positivo sobre su cuerpo. Reproduzco algunos de los que mas me llamaban la atención (el último el que más). Y propongo que todas aprendamos a querernos mejor.
- Me encantan mis ojos grandes – son la ventana de donde veo el mundo
- Me encanta mi sonrisa. La gente me dice que cuando sonrío, ilumino la habitación y si a las personas les hace sentir bienvenidos y cuidados, me siento contenta
- Me encantan mis brazos porque me permiten dar grandes abrazos y llevar a mis hijos cuando se cansan
- Me encantan mis manos porque son el guante perfecto para la mano de mi hija cuando cruzamos la calle
- Me encanta mi cuello. A diferencia de otras partes de mi cuerpo es elegante y por tanto me encanta adornarlo con collares
- Me encantan mis piernas. Me gusta hacer senderismo, y gracias a ellas puedo hacerlo
- Doy gracias por mis orejas. Mi mayor pasión es la música y no sé qué haría sin ellas
- Me encanta mis muslos amplios. Son el regazo donde se sientan mis sobrinos y compartimos momentos muy especiales
- Me encantan mis orejas porque me permiten escuchar la risa de los niños, el canto de los pájaros, y música que llena mi corazón con alegría
- Me encantan mis caderas porque, a diferencia de muchas de mis amigas, todavía no necesito prótesis. ¡Gracias caderas mias!
- Me encantan mis ojos porque me maravilla ver un arcoiris tras una tormenta de verano
- Me encanta mi pelo que permanece fuerte y sano a pesar de los años que tengo
- Estoy agradecida por todo mi cuerpo, con todas sus imperfecciones. Por todos los años en los que ha sido mi buque de vida, y por lo mucho que hemos vivido y compartido juntos
- Me encanta mi cintura porque a pesar de no ser tan fina como era hace años, todavía puedo hacer hula hoop
- Me encantan mis manos porque me permiten escribir correos electrónicos, pasar las páginas de un buen libro, jugar a las cartas o jugar al dominó
- Me encanta mi pelo porque es muy versátil y me deja hacer con el lo que se me antoja
- Me encanta mi nariz porque me permite oler la aroma de comida casera
- Me encantan mis pies – son impresionantes. Me dan estabilidad, me permiten correr, bailar y hacer volteretas laterales
- Me encanta mi corazón – por sus fuertes latidos y porque está llena con amor por mi gente querida
- Me encanta mi cuerpo como un conjunto – lo veo como una obra de arte maravillosa y misteriosa. Puedo andar, hablar, cantar y bailar. Puedo ver, escuchar, oler y saborear. Puedo abrazar a mis hijos, besar a mi pareja, comer con familia y bailar con amigos. Una maravilla.
