Él es Dobri Dobrev, un hombre de 99 años que perdió gran parte de su audición en la II Guerra Mundial. Ha estado viajando a pie 25 km al día durante décadas, vestido con ropa hecha por él mismo y zapatos de cuero, desde su pueblo hasta Sofía, Bulgaria, donde pasa el día mendigando dinero.
Curiosamente, Dobrev no mendiga para él. Tiene una pensión de 80 euros mensuales con la que vive.
Todo el dinero que ha ido recolectando durante estos años (estimado en unos 40.000 euros) lo ha donado a orfanatos y a la reconstrucción de iglesias y monasterios.
No se guarda ni un solo céntimo del dinero que recibe. Todo es para los orfanatos y las iglesias.
Mucha gente le llama «Dyado Dobri» (Abuelo Dobri) y es la representación de que el bien puede hacerse de la manera más desinteresada posible.
Así que si necesitas un modelo a seguir, aquí tienes uno. Simplemente pareciéndonos un poco a él, el mundo sería un lugar muchísimo mejor.
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