Para la mayoría de los ancianos hay bastantes cosas que dejan de ser divertidas cuando envejeces. Si te has torcido el tobillo, si estas esperando una operación de cadera ó tienes que andar despacio porque tienes juanetes ó si te mareas, chistes sobre la minusvalía tiene poca gracia. Poder seguir sonriendo cuando las cosas son difíciles puede ser bueno, pero burlarse de ellas es otra cosa. A veces la comedia es una manera de tratar circunstancias difíciles con un toque de humor, pero son demasiado frecuentes para que las encontremos graciosas. Tal vez puedes compartir tus experiencias con otras personas de tu edad, pero chistes sobre el tacataca están fuera de los lugar.
Olvidar donde has dejado las gafas, cansado de pensar en que comida puedes comer sin tener molestias de digestión, recordar el nombre de alguien, hacer listas y después perderlas, no poder recordar algo que te han dicho hace unos segundos, buscar cambios en tu monedero y que caigan al suelo, pedir que suban el volumen de la tele para oír bien…así es la vida. Tal vez es divertida para los demás, pero no para ti.
Lo menos divertido es el fin de la vida, lo cual puede ser la causa de numerosas chistes porque la habilidad de reírse de ello ayuda alejarlo. Cada día que pasa para los mayores, estamos mas cerca de la muerte. Algunas personas parece que saben prepararse para la muerte, y en un acto de fe es mas fácil. Creías que sabias donde ibas y te tranquilizaba. Pero llegado el momento intentas vivir el máximo tiempo, sea la fe que tengas y seas quien seas. Pero a veces piensas en la muerte y tal vez seria bueno poder hablar de ello, algo que no es fácil en nuestro cultura. ¿Ó es mejor simplemente ignorarlo? Algunos se arreglan haciendo eso. Pero chistes sobre funerales, ó enterar el cuerpo equivocado realmente no tiene ninguna gracia.