Strindberg y el Teatro del Incosciente

El martes hizo 100 años que murió Strindberg. Me ha pasado mucho estos días que al hablar de el, nadie lo conoce, así que probé por hablar de alguna de sus obras: La señorita Julia. Pero tampoco tuve mucha suerte que digamos.

Si tuviera que decir cuatro autores del teatro moderno diría: Chejov, Pirandello, Ibsen y sin lugar a dudas Strindberg.

Los personajes de Strindberg están dotados de un inconsciente que no controlan. Por eso hace cosas que no se esperan de ellos, que no encajan, que no son racionales… Pero siempre llevado a cabo con una naturalidad extrema. Por eso, aunque sorprende, no desentona.

He leído en algunos blogs que se refieren al teatro de Strindberg como el Teatro del Inconsciente, y me parece un término muy acertado.

Es aquí donde me gustaría hablar de La Señorita Julia, no muy extensamente pero si lo necesario para que os abra el apetito a leer la obra.

¿Que pasaría si un día te acuestas con alguien que te atrae sexualmente mucho pero que no es tu tipo? Pues te pasaría lo mismo que a la señorita Julia. En una cocina de principios de siglo se disputan dos batallas: Una guerra de clases y una guerra de sexos… ¿Quien ganará?

La vida de Strindberg tiene un múltiplo común: las mujeres. Sus relaciones sentimentales, sus matrimonios, incluso la relación con su madre (una criada casada con un burgués) hacen que en muchas ocasiones la lectura de sus obras se haga atendiendo las estridentes vivencias de las protagonistas.

Y para terminar una frase:

Quiero escribir de forma hermosa y luminosa, pero no me está permitido; no lo consigo. A decir verdad, estoy comprometido con ello como con un deber horrible: la vida es indeciblemente desagradable.

Si quieres saber más // Malditos, Heterodoxos y alucinados //

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