Ayer, según llegaba al Teatro Principal de Alicante y veía tantos adolescentes comencé a sonreír. Estaba claro que Romeo es una propuesta para ellas, adolescentes, enamoradas de algunos de los tres protagonistas, que por fin iban a poder verlo de cerca. ¿Y voy a ser yo quien critique eso? Pues no. Es que acaso, ¿no fui yo a ver Madame Noir por el simple hecho de que salía Mónica Naranjo?
El teatro estaba medio lleno (por no decir medio vacío). Creo que sería buen momento para que el Principal barajase la opción de crear una taquilla de último minuto. Pero vamos a lo que vamos…
¿Que es Romeo? Una adaptación de la obra de Shakespeare pensada para adolescentes. Con diálogos bastante libres pero que mantiene la esencia de la historia de amor. Una puesta en escena donde sólo aparecen Romeo, Mercutio y Benvolio. Además de dos frailes, ya que dos actores se desdoblan.
Al salir del teatro no sabía muy bien que pensar, por un lado mi parte más «purista» se quedaba con la necesidad de más. Más personajes, más decorados, más, más, más…
No llevaban escenario, y se les quedo un poco grande. Intentaron llenar los espacios vacíos con juegos de iluminación, buenos recursos, pero… sinceramente, creo que supo a poco.
Pero por otro lado me había resultado entretenida esta propuesta donde se destroza el clásico para acercarlo más a las adolescente con solo tres actores. Algo muy difícil ya que son casi 20 personajes los que salen en la versión original.
Los chicos hicieron muy bien sus deberes. Supieron recitar, ser los típicos «guaperas», darle ritmo a la obra, ser graciosos…
De los tres actores el que más destaco fue Bernabé Fernandez. He estado buscando más información y es el que al parecer más experiencia sobre las tablas tiene. Me sorprendió saber que tiene más de 30 años.
Teniendo en cuenta ese prisma sobre el publico objetivo, creo que tanto Julio Salvatierra hizo una buena labor de adaptación de texto y Alvaro Lavín en cuanto a la dirección. Que pena que esta obra no se haya publicitado más por los institutos.
P.D: Tengo que señalar, que aun estando el auditorio lleno de jovencitas, supieron apagar sus móviles cosa que los de mediana, mayor edad todavía no saben hacer.