Audrey Hepburn: eterna, mágica e irrepetible

Interpretó el cuento de la Cenicienta hasta en 3 ocasiones y todas de forma diferente, especial e inolvidable: Vacaciones en Roma, Sabrina y My Fair Lady son claros ejemplos de su enorme talento como actriz. Hablamos de Audrey Hepburn.

Audrey Hepburn

Sus 5 grandes éxitos

1.- Vacaciones en Roma (1953)

Fue su primera película en Hollywood y un éxito rotundo, incluso eclipsando a una estrella consagrada como Gregory Peck. Con ella consiguió su primer Oscar de la Academia.

Audrey interpreta a la perfección el papel de la princesa Anna en una historia al estilo Cenicienta, pero con algunas peculiaridades que ninguna otra actriz (ni siquiera de Disney o Pixar) han sido capaces de imitar: su juventud, belleza, inocencia y estilo son irrepetibles y marcaron el inicio de una carrera cinematográfica magnífica.

La película es perfecta por muchos motivos:

  • El guión lo tiene todo: humor, amor, intriga (en relación al desenlace romántico) e incluso realismo y sorpresa, porque no finaliza como a todos nos hubiera gustado. Ese desenlace es el que hace la historia totalmente creíble.
  • El decorado es Roma, la ciudad eterna. Incomparable.
  • Todos los participantes se rindieron a Audrey Hepburn. Ni el director (William Wyler) ni un gran actor como Gregory Peck intentaron quitarle protagonismo al gran descubrimiento e incluso lo disfrutaron.

2.- Sabrina (1954)

Tan solo un año después interpretó a Sabrina, papel con el que se consagró como una estrella de Hollywood.

En esta ocasión, bajo la dirección del gran Billy Wilder, “eclipsó”, nada más y nada menos, que a un Humphrey Bogart consagrado y con más de 20 años de experiencia.

Audrey Hepburn

Audrey está sublime en la película, pero su grandeza radica especialmente en que conseguía hacer mejores a sus compañeros de reparto. Prueba de ello es que, a pesar de su extensa carrera, este es, con diferencia, el papel más simpático y sensible de un actor legendario como Bogart.

Sabrina será también eterna por su glamour y peinado.

3.- Guerra y paz (1956)

Basada en la novela homónima de León Tolstói, es uno de los mejores largometrajes de la historia del cine (de 3 horas y media de duración).

Audrey está fantástica en su interpretación de Natasha, desde una joven despistada y romántica al inicio hacia la obligada madurez de enfrentarse al trágico acontecimiento de la invasión de Napoleón.

Participó en esta película con Mel Ferrer, su primer marido; y con Henry Fonda.

4. Desayuno con diamantes (1961)

Es una historia diferente. La maestría de la dirección de Blake Edwards nos introduce en lo que parece una comedia romántica que casi finaliza de forma trágica, logrando explicar la situación personal (y financiera) de los protagonistas con gran elegancia y discreción.

Es una película de sueños imposibles que refleja el absurdo de creerse los cuentos de princesas, pero en eso precisamente reside también su grandeza, porque todos, en algún momento de nuestras vidas, nos olvidamos de la realidad y soñamos despiertos.

Esta película también nos dejó para el recuerdo la dulce versión de Moon River interpretada por Audrey con una guitarra.

5. My Fair Lady (1964)

De nuevo el cuento de la Cenicienta, esta vez con George Cukor como director.

La historia, basada en una aclamada obra de teatro de Bernard Shaw e inspirada en el famoso mito de pigmalión, da lugar a una comedia musical en la que se entremezclan el amor, la diferencia de clases sociales y la importancia de las apariencias en la época.

En ella, un Rex Harrison irónico y único, en el papel de educador… y una Audrey que, una vez más, destaca sobre todo lo demás de forma natural, en el papel de Eliza Doolittle, la mujer a modelar.

Al parecer hubo cierta polémica por la elección de Audrey para el papel protagonista, en lugar de Julie Andrews, que era quien había interpretado a Eliza en la obra de teatro. Eso llevó a Audrey a rechazar en un primer momento el papel por considerar que le correspondía a Julie, pero al saber que si lo rechazaba se lo darían a Elizabeth Taylor, finalmente, aceptó el papel.

Inolvidables la canción de Just you wait y su visita a las carreras de Ascot.

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Otras películas de Audrey

Los que no perdonan (1960)

Película del oeste junto a Burt Lancaster.

Tal vez lo más llamativo de esta película sea que, a pesar de que ya era una superestrella de Hollywood, también era capaz de realizar papeles más discretos y en los que su belleza y elegancia no eran su principal activo.

Charada (1963)

Comedia romántica y de intriga, en la que eclipsa a un experto en ambos géneros como Cary Grant (Con la muerte en los talones, Atrapa a un ladrón).

Cómo robar un millón de dólares (1966)

Comedia romántica en París con un Peter O’Toole magnífico y un guión irónico excelente.

Sola en la oscuridad (1967)

Su mejor versión de suspense, con toques de terror, en un montaje similar al de una obra de teatro, en el que Audrey interpreta de forma sublime a una mujer ciega que es engañada y aterrorizada por tres criminales que acceden a su apartamento en Nueva York.

Dos en la carretera (1967)

Un guión excepcional de esos que es necesario ver más de una vez para extraer todo su contenido.

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Curiosidades sobre su vida

Edda kathleen Van Heemstra Hepburn – Ruston, más conocida como Audrey Hepburn, nació el 4 de mayo de 1929 en Bruselas, Bélgica.

De origen aristocrático, descendiente de los Van Haemstra, una familia de la aristocracia holandesa. Su madre, Ella Van Heemstra, era baronesa y su padre, Joseph Victor Anthony Ruston, un banquero inglés.

Su infancia quedó marcada por la Segunda Guerra Mundial en la que pasó hambre y sufrió numerosas penurias.

En su juventud estudió piano y ballet. Quería ser una gran bailarina, pero su elevada altura y su extremada delgadez, debida a la malnutrición sufrida durante la guerra, dificultaban sus posibilidades de triunfar en ese campo. Así que cambió de idea y empezó a trabajar como modelo y a actuar como corista en obras de teatro del West End.

Su papel protagonista en el musical de Broadway «Gigi», con el que ganó el Theatre World Award, la catapultó al cine.

Hablaba perfectamente 4 idiomas: inglés, francés, holandés e italiano; y un poco de alemán y español.

Delgada y con una figura esbelta y elegante, marcó el simbolismo de belleza de la época. El público la admiraba y todas las mujeres querían ser como Audrey.

Audrey Hepburn

No le gustaba la ostentación con joyas y, tras la película “Desayuno con diamantes”, rechazó ser la imagen de la marca de joyería Tiffany.

También rechazó el papel protagonista de ‘El diario de Ana Frank’, por miedo a los dolorosos recuerdos que le traería de la guerra.

En 1955, le dieron un Globo de Oro “a la actriz más querida en todo el mundo”.

Su poema favorito era «Amor eterno», de Rabindranath Tagore.

Adicta al tabaco, fumaba tres paquetes diarios y siempre la recordaremos con un pitillo con boquilla en la mano.

Audrey Hepburn fumando
En 1988 fue nombrada embajadora de UNICEF y en los años posteriores viajó a numerosos países (Sudán, El Salvador, Guatemala, Honduras, Vietnam, Somalia…) en su lucha por combatir la pobreza infantil.

A lo largo de su vida tuvo tres parejas importantes:

  • En 1954, se casó con el actor Mel Ferrer, su compañero en Guerra y Paz, con el que estuvo 10 años y tuvo su primer hijo, Sean. La pérdida de cinco embarazos afectó irremediablemente al matrimonio y se acabaron divorciando.
  • En 1969, se casó con un psiquiatra italiano, Andrea Dotti, con el que tuvo su segundo hijo, Luca Andrea. En esta ocasión, fueron las reiteradas infidelidades de su marido las que llevaron al divorcio de la pareja en 1979.
  • Después estuvo con el actor holandés Bob Wolders, con el que compartió su interés por las labores humanitarias y su gusto por las cosas sencillas hasta el final de sus días.

Murió en su casa de Suiza, en enero de 1993, con 63 años.

Es, sin duda, una de las personas que han hecho mejor este mundo. Siempre eterna… Audrey Hepburn.

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