Demasiado frecuentemente oigo algunas frases hechas modo de comodín que me llevan a plantearme si no estamos padeciendo un «síndrome de autocomplacencia» en España. Gente que tradicionalmente había sido crítica cede a posturas aparentemente «moderadas» o muy descafeinadas. Y no me estoy refiriendo a posturas gubernamentales, las oigo de profesores universitarios (las que más me preocupan), periodistas, profesionales, gente de la calle…
No faltan voces que, con la mayor convicción, sostienen que tenemos el mejor equipo de fútbol del mundo, el mejor tenis, el mejor ciclismo, el mejor automovilismo, la mejor gastronomía, los mejores médicos, los mejores arquitectos, los mejores profesionales, las mejores empresas… Es eslabón únicamente se rompe (según el CIS) con nuestros políticos, causa de una de las mayores precupaciones de los españoles, tema que desbordaría este pequeño comentario.
Vale que en fútbol, tenis, ciclismo y otros deportes, este pequeño país es magnífico. Vale que algunos empresarios y profesionales de España son referentes internacionales… pero, ¿No está fallando algo gordo? ¿Es el momento de autocomplacencias o triunfalismos con más de cuatro millones de parados y sin ideas sólidas para salir del modelo del ladrillo 1.0? Estos discursos se olvidan que nuestros niveles de productividad y competitividad están lejísimos de lo que correspondería toda una octava potencia económica mundial. Por no hablan del lugar que ocupan nuestros sistemas educativos en los ranking internacionales.
Mañana hablaré de las exportaciones de bienes de alta tecnología…