La economía digital no está entre las prioridades políticas (13 razones por las que debería estar)

Este artículo fue escrito hace casi 4 años, con motivo del debate electoral celebrado en Diciembre 2015. Tras el debate de ayer, sigue estado vigente 100%. Todavía nuestra tasa de desempleo juvenil es la más alta de Europa, tras Grecia. Cuatro años más y la economía digital sigue sin estar entre las prioridades políticas, en el debate, en la mente de nuestros líderes. Vigentes las 13 razones y algunas más…

En este país pasa algo preocupante. Pese a los 5 millones de parados y una tasa de paro juvenil del 63,7 por 100, la economía digital no está entre las prioridades de los políticos, tampoco entre los moderadores, entrevistadores de TV o periodistas. Cierto es que si se revisan los programas electorales, la apuesta por lo digital está presente en todos. Lo que hay que preguntarse es si esto es suficiente.  

Un debate con nula referencia a la economía digital y un modelo de futuro  

Un debate con nula referencia a la economía digital y un modelo de futuro

Los debates de estas recientes elecciones se han centrado en lo que aparentemente preocupa a la gente (empleo, sanidad, jubilación…). Pero a continuación esa misma gente los juzga un tanto estériles y tópicos. Quizás el resultado fuera distinto si los líderes supieran ilusionar a un país con propuestas sólidas de futuro, algo con lo que sustentar precisamente con qué se financiará el empleo, la sanidad, la jubilación.. Ningún líder político, en sus mítines o en sus  apariciones en TV ha destacado que su partido y él apuestan y creen en la economía digital. Quizás algún guiño en favor del emprendimiento, pero sin mucha concreción.  El debate político se ha centrado en torno a la reforma laboral y aspectos concretos como las modalidades de contratación. Lo más urgente hubiera sido plantearse «QUIENES» van a contratar en los próximos años y «POR QUÉ», «Dónde», «Cómo»… También hay quienes ligan la economía digital a la destrucción masiva de empleos.  Me parece un debate muy improductivo. En el peor de los casos los países podrán regular el “reparto” de la escasez trabajo. Si no hay actividad económica relevante no habrá nada que repartir. Quizás los economistas y los políticos lo dejarían simplemente en manos de las empresas, claro (dedicaré alguna entrada a esto). Una respuesta habilidosa pero que quizás no da suficiente luz para resolver el problema del desempleo. Sugiero para los pesimistas la lectura del discurso del economista jefe del Banco de Inglaterra en el Congreso de la Unión de Sindicatos británico, incluso lejos de Jeremy Rifkin en soluciones, puede que su análisis nos aporte una visión más pragmática, dado que el Reino Unido ha sabido entender mejor la economía digital que el conjunto de la UE.

Plantear con ambición el desarrollo de la economía digital

Es importante plantearse con un poco más de ambición (en una era de disrupciones y avances tecnológicos masivos y de demandas tecnológicas apenas conocidas hace 15 años)  preguntas como: ¿Qué sectores generan nuevos empleos? ¿Qué tipo de emprendedores? ¿Qué entornos propician la innovación y la economía del conocimiento? ¿Qué empresas tienen más futuro? ¿Qué mercados? ¿Qué condiciones favorecen la creación de empresas tecnológicas y de futuro? Oyendo los debates y los discursos de algunos políticos parecería que toda las esperanzas se centran en el «viejo modelo».  Pero es difícil creer que nuestros políticos (y nuestra sociedad) confíen en una nueva burbuja inmobiliaria. O que animen a nuestros jóvenes emprendedores a que abran más bares y/o tiendas de ropa. O que esperen a que nuestro socorrido turismo tradicional dé todavía más de sí, o los servicios financieros, o servicios que responden a cientos de ineficiencias (subsanables digitalmente) de las administraciones públicas… Un punto de partida interesante para abordar el tema, sería plantearnos estas dos preguntas:

  •  ¿Cuál es el modelo que permitirá retener y explotar el talento del millón y medio de estudiantes universitarios actual?  Pregunta de una relevancia extraordinaria. Implicaría un cambio de modelo. Implicaría que nos creemos que la sociedad del conocimiento es una apuesta de futuro inteligente. Un millón y medio de universitarios puede representar para un país un activo enorme… O por el contrario, tal como ocurre ahora un problema de gran envergadura (diáspora y formar talento gratis para terceros países).

 

  • ¿Cuál es la apuesta «ilusionante» de España por los sectores de futuro, base de las economías dominantes del siglo XXI? Los sectores de futuro, la sociedad del conocimiento y la economía digital son tres pilares fundamentales de una economía moderna del siglo XXI. La competitividad y los empleos de calidad están ligados a esta apuesta de futuro. Fuera de ella está la precariedad, los bajos salarios y la presión competitiva de países emergentes y menos desarrollados.

  Una economía moderna de nuestro tiempo necesita una economía digital fuerte. No sólo por el hecho de que nuestra sociedad es digital. La economía digital constituye uno de los principales impulsores de la productividad y competitividad de todas las empresas y, por añadidura, es también la causante de todas las disrupciones relevantes. Paralelamente a la digitalización de la economía tradicional, un país moderno debe anticiparse y tratar de impulsar sus propias disrupciones y no que le vengan dadas por terceros países. En suma, es imprescindible una economía digital fuerte. Una economía que no apueste por la economía digital quedará anclada en el pasado. Precisamente en los siglos XIX y XX un país que no apostaba por la industrialización / terciarización se veía abocado no sólo al subdesarrollo, sino a padecer una agricultura pobre y atrasada. Hoy la historia se repite con la «digitalización». Los países que no apuesten por la economía digital, tendrán una industria y unos servicios atrasados y escasamente competitivos.

 
Economía digital

 

13 Razones por los que la economía digital debe estar entre las prioridades de políticos (y entrevistadores, moderadores de debates…)

Intentaré en 13 puntos justificar por qué a un país le conviene impulsar una economía digital fuerte.

1. Brecha entre países digitales y «analógicos»

Los países que apuestan por la economía digital impulsan economías altamente competitivas e innovadoras. Se afianzan en la economía del conocimiento, en una educación digital abierta y desarrollan una base para progresar en sectores de futuro (buenos centros de investigación, cultura emprendedora, formación y atracción de talento, redes…). Este modelo crea una brecha importante respecto a los países que se quedan estancados en una economía tradicional. Esto ya ocurre entre Europa por una parte y Estados Unidos y algunos países de Asia por otra. Europa no tiene empresas relevantes en las top digitales mundiales y muy pocas entre los «unicornios« (empresas digitales con una valoración por encima de los 1.000 millones de dólares).  Aun así, en Europa aquellos países que tienen una apuesta más clara por la economía digital como Irlanda, los países nórdicos (o incluso ¡¡Estonia!!), son las que más han progresado en los últimos 15 años. Boston Consulting Group estima que, en 2016, la contribución de la Internet para las economías de los países del G-20 será de 4.2 billones de dólares (cifra que supera a todo el PIB de un país como Alemania). No hay crecimiento relevante para la economía tradicional si no se acompaña de duros ajustes salariales. En la economía digital en cambio sí hay una oportunidad. En Asia así se está entendiendo. Algunos países asiáticos lideran la producción mundial de hardware y software y la economía digital destaca en todas sus vertientes: IoT, ciudades inteligentes,  sensorización, impresión 3D, comercio electrónico, banca móvil… Se están posicionando en las olas de innovación más innovadoras y disruptivas. Hay una inequívoca estrategia de disputar estos mercados a Estados Unidos. En general, aquellos países que han apostado por la economía digital han salido antes de la crisis, generan empleos de calidad, inyectan altas dosis de productividad en todo el sistema, modernizan su tejido económico, asimilan mejor las innovaciones disruptivas, y sobretodo han creado nuevos perfiles de emprendedores del siglo XXI, capaces de generar startups de gran valor estratégico.

 
Mundo digital

 

 2. La digitalización es vital para toda la economía (incluidos los sectores más tradicionales).

La única vía sólida de ganar productividad en el trabajo (renunciando a los ajustes de salarios reales) es a través de la digitalización de los sectores productivos. Al respecto los informes elaborados para España por AFI en el Observatorio ADEI (Observatorio para el Análisis y Desarrollo Económico de Internet) no dejan lugar a dudas en cuanto a las ganancias potenciales de competitividad a través de  la digitalización de las empresas.  Incluso  con un concepto de «digitalización» todavía sometido a muchos sesgos y restricciones en un país como España. Comparativamente la digitalización en Estados Unidos, con la llamada «High Web«, sus empresas pequeñas y medianas obtienen un crecimiento de sus ingresos casi un 25 por 100 más alta que el de aquellas empresas que tienen una presencia marginal en la web. La economía alemana tratando de capitalizar todas las ventajas de la digitalización en la industria, ha impulsado la estrategia «industria 4.0«, calificada en su potencial como una «cuarta revolución industrial». Este enfoque lleva consigo un concepto mucho más ambicioso de digitalización:  integrador del IoT, la inteligencia artificial, la reingeniería de procesos, el big data. la robótica, la impresión 3D… Un conjunto de recursos muy potentes para propiciar una «industria inteligente» capaz de explotar todo el potencial presente y futuro de la economía digital. Aun contando con la destrucción de empleos, aquí lo estratégicamente relevante es desarrollar una economía digital propia. No dependendiente de Estados Unidos, Asia o Alemania. Será la forma de paliar tales efectos y generar excedentes para combatir el desempleo.

La economía digital propicia una "cuarta revolución industrial": industria 4.0 La economía digital propicia una «cuarta revolución industrial»: industria 4.0
 

3. Las empresas de referencia mundial (Apple, Google, Facebook, Amazon…) son tecnológicas: marcan la innovación y los cambios disruptivos

La economía mundial ya está marcada en muchos aspectos por las grandes empresas tecnológicas que hace apenas 10 años eran startups que nacían en garajes del Silicon Valley. Esto ya debería ser un indicador del potencial actual de la economía digital.  Hoy sus avances en materia de nuevos productos y servicios y su capacidad de disrupción en otros sectores es enorme. Su investigaciones en inteligencia artificial o en computación cuántica pueden convulsionar nuestras economías. Estas nuevas empresas que conforman la economía digital Microsoft, Google, Apple, Facebook, Amazon, Alibaba y otras muchas emergentes son líderes en casi todos los indicadores empresariales (incluidos los tradicionales como la capitalización, reservas, etc). En el escenario mundial ya no son grandes bancos, petroleras, acero, siderúrgicas, empresas de alimentación o automóvil las que marcan el liderazgo mundial.  

Las empresas tecnológicas dominan el mundo
 
Las empresas tecnológicas dominan el mundo
 

Estas empresas digitales, en poquísimos años se han convertido en corporaciones globales que marcan al agenda económica mundial. Estados Unidos y Asia han propiciado esta expansión. Mientras Europa no ha comprendido las claves que permiten el desarrollo de esta nueva economía.

4. El futuro de sectores como la banca o de las empresas automovilísticas dependerá de la economía digital

El futuro de muchos sectores tradicionales depende de la economía digital. Podemos citar dos a modo de ejemplo que entre otros muchos ostentan la mayor relevancia en la economía española: sector del automóvil y banca. En la industria del automóvil, la electrónica y el software que se ejecutarán los coches del futuro y su conexión a Internet serán una fuente de innovaciones y valor añadido decisivos para la competitividad del sector del automóvil. España no debería aspirar a fabricar sólo paneles laterales o remaches, ensamblaje aparte. Qué decir del impacto en la Banca tradicional de los pagos móviles,  las fintech, la tecnología blockchain, las criptomonedas, el big data, la biometría, la seguridad en un entorno futuro de ordenadores cuánticos… El CEO de CitiGroup afirmó recientemente: «We are a technology firm that has a banking license«. No hay Presidente o CEO de un banco que no tenga en su agenda como asimilar innovaciones fuertemente disruptivas e incluso reinventar el negocio financiero. Un país que no tenga una economía digital fuerte estará en desventaja a la hora de asimilar cambios como los que tienen que acometer la banca o el sector del automóvil.

Componentes digitales del automóvil marcarán su innovación y competitividad Componentes digitales del automóvil marcarán su innovación y competitividad

5. No hay educación competitiva y moderna sin educación digital

La tecnología digital ha revolucionado la educación. Los países deben elegir entre una educación que ha evolucionado lentamente durante siglos o transformaciones de hondo calado que se correspondan con la demanda de una sociedad digital del siglo XXI. Los nativos digitales demandan nuevos formas de aprendizaje adaptadas a unos recursos digitales que están transformando muchos de los fundamentos y métodos de la educación tradicional. Por otra parte las universidades se enfrentan a los MOOCs, un modelo de globalización sin fronteras y demanda masiva.  Adendas a una educación abierta y online que impulsan hoy las universidades con mayor reputación en el mundo (Stanford, Harvard, MIT…). Los MOOCs están propiciando una mayor flexibilidad y eficiencia a la hora de dar respuestas a las necesidades cambiantes de la economía digital. Son un buen ejemplo de oferta educativa con hibridación  (física, medicina, supercomputación, nanotecnología…) toda una «industria de la ciencia» que requiere de nuevos planteamientos de competitividad para las universidades, los centros de investigación y sus respectivos modelos de transferencia de tecnología.

La educación digital es imprescindible para la economía digital y a la inversa La educación digital es imprescindible para la economía digital y a la inversa
 

6. Las startups y los emprendedores digitales españoles juegan en desventaja

La muy escasa toma de conciencia en apostar por la economía digital tiene efectos colaterales. Uno claro es que ha debilitado el impulso de ecosistemas de innovación y todos sus componentes (centros de investigación, formación avanzada, financiación digital, redes profesionales – networking, talento creativo…). Ha habido algunos intentos regionales o locales de crear Parques Tecnológicos y/o científicos, pero al día de hoy no hay un espacio español de referencia internacional. Aun así, con mucho esfuerzo los emprendedores españoles han creado valiosas empresas de éxito muy diversas como Tuenti, Panoramio, BQ, Cabify, Trymedia-Fixr, Ideas4all, Destinia, Diario.es. En entornos impulsados por iniciativas públicas o privadas (Campus de Emprendedores de Google en Madrid, Lanzadera en Valencia, Yuzz del Banco de Santander…) es posible encontrar magníficos proyectos e ideas. Sin embargo, la empresas digitales españolas deben enfrentarse a unas condiciones diferenciales negativas: una desfavorable regulación, a una muy escasa financiación en términos comparativos, a la escasez o carencia de profesionales en diversas especialidades, un limitado networking e hibridación disciplinar, debilidad de la transferencia de tecnología desde los centros de investigación aplicada, entre otras desventajas. Cualquier empresa digital española tiene muy difícil convertirse en referente mundial frente a sus competidores en EE.UU. o Asia. En el mejor de los casos sus expectativas más favorables se centran en ser adquirida por otras empresas tecnológicas internacionales mejor posicionadas. No ha habido una apuesta clara para crear un ecosistema potente de startups digitales y en favor del emprendimiento. Una dispersión de esfuerzos públicos y privados, regionales, locales  propicia la irrelevancia de economías de escala y la inexistencia de una masa crítica relevante en España. No digamos las limitaciones existentes para la atracción de inversiones, talento, o de cultura emprendedora digital en general.

Las startups españolas no crecen en un entorno idóneo Las startups españolas no crecen en un entorno idóneo
 

7. Las disrupciones tendrán menor impacto negativo con una economía digital fuerte

Los próximos años las disrupciones tendrán una suerte de continuidad e intensidad creando un escenario de incertidumbres que será mucho más llevadero para aquellas economías fuertemente digitalizadas y con una economía digital desarrollada y competitiva capaz de generar servicios avanzados capaces de dar respuesta a los retos digitales más convulsivos. Tener la capacidad de asimilar disrupciones es tanto como asegurar la supervivencia de sectores fundamentales para una economía desde el sistema financiero hasta el sector turístico. Algunas de estas disrupciones digitales ya se están sufriendo actualmente y van a más. El ejemplo del sector hotelero es muy significativo. La dependencia de los tours operadores tradicionales turísticos fue sustituida hace pocos años por sitios como Booking, Trivago o TripAdvisor. Ahora la misma industria hotelera todavía se enfrenta a una disrupción mayor, con incursiones como airbnb.  En este entorno de competencia las cadenas hoteleras apenas pueden responder con un «marketing digital estándar» proporcionado por las grandes empresas tecnológicas como Google o Facebook o similares.

 

 

8. Un país se la juega si no desarrolla todo su potencial en el comercio electrónico

El desarrollo del comercio electrónico en España está a un tercio del Reino Unido. El futuro de empresas como Zara, Cortefiel, El Corte Inglés, algunas firmas españolas del calzado, y numerosos sectores más, desde la agricultura ecológica a miles de productos y servicios, pasa por el desarrollo de todo el potencial del e-commerce y la eficiencia del marketing digital. Más de un tercio del valor de exportación de Estados Unidos proviene actualmente del comercio de servicios digitalmente «entregables». En EE.UU. la entrega de productos mediante drones es objeto de interesantes apuestas por parte de las principales empresas tecnológicas como Google o Amazon. En España la normativa aprobada sobre drones torpemente se autolimita con importantes restricciones. La formación básica de PYMES en materia de e-commerce o  marketing digital está siendo impulsada por Google en Europa a través de programas como ACTÍVATE, en un entorno donde había y hay déficits educativos importantes. Necesitamos ir todavía a más, hacia una formación avanzada para anticiparse a tendencias, gustos u otros factores donde el Big Data o la inteligencia artificial ya son jugadores relevantes.

El e-commerce requiere muchos inputs de la economía digital

El e-commerce requiere muchos inputs de la economía digital

9. El analfabetismo digital se paga caro: un país con subdesarrollo en sectores de futuro

Los expertos digitales (algunos muy buenos) en los partidos no tienen suficiente peso específico en sus estructuras de poder. La economía digital no está en el discurso de los líderes políticos de una forma relevante. A nivel gubernamental tenemos una Secretaria de Estado que en los últimos 20 años ha pensado más en proteger a la industria «nacional» de operadores que en «activar» una potente política digital. El analfabetismo político propicia numerosos riesgos que pueden desembocar en que un país desarrollado se convierta progresivamente en un país dependiente. Los cambios son tan intensos, rápidos y disruptivos que un país puede quedar en muy poco tiempo sumido en un subdesarrollo digital y con esto, apartado del resto de sectores de futuro. Que España esté exportando talento joven en estos momentos debería hacer saltar todas las alarmas. El analfabetismo se manifiesta de muchas formas, por ejemplo:

  •  No comprendiendo cómo funcionan los ecosistemas de innovación, ni propiciando todos los incentivos y regulaciones en favor del emprendimiento y una nueva generación de startups competitivas.
  • Propiciando políticas defensivas en material digital. España (y Europa) están agazapadas para proteger sectores tradicionales en vez de propiciar su reconversión, viabilidad y competitividad.
  • Dando una pobre imagen internacional. Los mensajes internacionales en materia de economía digital desde la muy temprana regulación typical spanish de los dominios «punto es» al principio del milenio, o el «derecho al olvido» (materializado en Europa) o la reciente salida de Google News de España. Las críticas de expertos digitales en las revistas tecnológicas más prestigiosas no nos da la imagen de reputación digital que necesitamoss.
  • Atrincherándonos con una regulación española que desarrolla la normativa más conservadora en materia de privacidad, propiedad intelectual, drones… en detrimento del desarrollo de la economía digital. Hace unos años una red social española que en ese momento era capaz de competir con Facebook estuvo a punto de abandonar nuestro país, sujeto a una regulación de privacidad en exceso restrictiva. La carencia de estrategias digitales y una deficiente regulación situará a las empresas digitales europeas y españolas en permanente desventaja.
  •  Careciendo de ideas y estrategias digitales. Aunque se hacen cosas bien (en su día España destacó con la Ley de Administración Electrónica) una administración realmente digital tiene numerosas bazas extraordinarias para impulsar y modernizar la economía:  administración electrónica, la reingeniería y simplificación de procesos, controles, gestiones, open data, etc. Hacerlo con retraso respecto a otros países perjudica nuestra competitividad.
analfabetismo-politico

 

10. Una sociedad digital no se merece una economía analógica

La sociedad española es una sociedad digital y por tanto tiene un potencial extraordinario. Una economía anclada en lo analógico y tradicional es un anacronismo. Es un derroche no aprovechar el potencial de la propia sociedad digital para avanzar en el crecimiento económico, la transparencia y la democratización. En muchos indicadores España se manifiesta como un país cuya población es abiertamente digital: tasas de uso de móvil, penetración de Internet, redes sociales, banda ancha… Un sociedad de sus tiempo que hace uso de los recursos digitales de su tiempo. Pero también hay un riesgo de que nos quedemos en la superficie. Empresas que creen que Internet es tener una página web o contratar a un Community Manager. Líderes políticos, cuyos asesores les llevan las cuentas de Twitter y Facebook y se comportan a modo de entelequia en la inopia digital ante ciudadanos que son digitales.  Tenemos una gran parte de la sociedad que aspira a ser 2.0 y una clase política mayoritariamente anclada en un conservadurismo 1.0.

11. Modelo agotado

España arrastra un modelo económico agotado. En exceso dependiente de la construcción y con un turismo que ya ha dado mucho más de si que lo que cabía esperar de la previsión más optimista. Ya hemos sacado infinito provecho de un modelo en exceso fácil que ha explotado las rentas de ser europeos (enormes inversiones en infraestructuras), nuestro clima y la cercanía a una Europa desarrollada. Tenemos que dar más de sí.  Debemos pivotar a sectores de futuro que hoy son ya presente y cuya presencia o no definen una economía competitiva o moderna, una economía susceptible de sufrir disrupciones y pérdida de competitividad. La economía digital es una estación de paso obligada para alcanzar cualquier sector de futuro.

12. España y el español tienen una enorme oportunidad en la economía digital

La Unión Europea se enfrenta a una segmentación lingüística y política de su mercado digital. En este entorno las posibilidades de países como Francia, Italia o Alemania (y la mayoría de los países) son muy limitadas. El Reino Unido e Irlanda por una parte, y España y el español  por otra, tienen una gran oportunidad. En nuestro caso 500 millones de hispanohablantes y una población hispana creciente en un país como los Estados Unidos.

13. El futuro es digital

La «nube»,  IoT, ciudades inteligentes, industria inteligente (industria 4.0), impresión 3D, computación cuántica, inteligencia artificial, robótica, realidad ampliada, nuevos wearables, la salud 4.0… conforman avances de una enorme envergadura que permiten aventurar un futuro digital. Si hay alguna duda remito a 100 negocios relacionados con la economía digital y los sectores de futuro.

Para concluir

Son 13 razones de peso. Quizás se podrían apuntar muchas más. La sociedad española debe demandar a los políticos que le den el mayor protagonismo a la economía digital. Y los políticos deben salir de su zona de confort e ilusionar a nuestro país con un discurso renovado y con la vista puesta en el futuro. Este futuro es apasionante e ilusionante, hacen falta líderes que contagien a todo el país. Seguir leyendo:


9 Respuestas

  1. sala2500 viajero 9 años ago
    • andres pedreno 9 años ago
  2. A.A. 9 años ago
    • andres pedreno 9 años ago
  3. Anónimo 9 años ago
    • andres pedreno 9 años ago
  4. Economía digital Europa 9 años ago

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