Bitcoin ¿Europa se equivoca otra vez?

Me gustaría empezar destacando tres características relacionadas con el entorno Bitcoin sobre las que hay un elevado y creciente consenso:

1. La tecnología revolucionaria de Bitcoin. Bitcoin (y otras monedas digitales como Dogecoin, Litecoin, Ripple, Peercoin y Mastercoin) tiene tras de sí  una tecnología absolutamente revolucionaria (ver el valor de la tecnología blokchain) en términos de seguridad y eficiencia.

2. Eficiencia de Bitcoin para el desarrollo del comercio electrónico. Bitcoin (las criptomonedas) ostenta la mayor eficiencia para dar respuestas a las necesidades del comercio electrónico. Recomiendo en reciente artículo de Forbes, «Cómo Bitcoin está cambiando el comercio electrónico«.

3. Entidad de las innovaciones disruptivas financieras. Las nuevas empresas tecnológicas y los procesos de desintermediación derivados de nuevos productos tecnológicos están desarrollando un nuevo mercado financiero altamente disruptivo. Recomiendo: Nuevas empresas tecnológicas ¿alternativa al sistema bancario?

Estos tres puntos pueden dar lugar a una creciente dualidad o brecha entre las finanzas tradicionales y las digitales. Hoy por hoy esta dualidad no es todavía preocupante, pero sí marca una tendencia que debería ser correctamente asimilada en tiempo y forma.

La brecha entre las finanzas tradicionales y las digitales

Hace unos días en Irlanda, espacio tecnológico europeo por excelencia, en la Bitcoin Finance Conference organizada por la Royal Dublin Society se vino a poner de relieve la brecha entre las finanzas tradicionales y las digitales.

Gareth Murphy, director de supervisión de los mercados en el Banco Central de Irlanda (nº  3 en la jerarquía de la institución) echó un jarro de agua fría a cientos de partidarios de la moneda digital: describió Bitcoin y las finanzas tradicionales como «dos mundos en colisión. Y Murphy dejó claro a todo el mundo que las finanzas tradicionales iban a salir intactas en esa colisión.

Su postura no deja de ser una extensión más de la miopía digital europea en materia de creación y desarrollo de empresa tecnológicas y de regulación. . Nuestras políticas no incentivan la creación y liderazgo de las empresas tecnológicas del mundo. No hay empresas europeas en estos rankings. Sí somos campeones en regulaciones sin visión y sin sentido.

Bitcoin es una moneda virtual descentralizada, sin regular, como en gran medida todo lo que define el espacio virtual de Internet. Pero el hecho que ha superado todas las expectativas. Bitcoin ya es utilizada por unos 100.000 comerciantes en todo el mundo. Es evidente que no es una moneda
de «curso legal» en la mayoría de los países.  No sometida la imperio y las reglas de los Bancos Centrales.

Que salten las alarmas nacionales de la «estabilidad de precios y la integridad del sistema financiero» de una persona ligada a un Banco Central no deja de ser un halago a la relevancia de una moneda virtual, nacida «desde abajo» y sin ningún aval relevante en ese ámbito institucional.

¿Europa bastión de las restricciones para las monedas digitales?

Lo anterior evidencia la carencia de capacidad para la búsqueda de soluciones desde una perspectiva global y digital.  En este entorno Europa en solitario se puede equivocar otra vez.

Es difícil plantear «reglamentación y legislación» para las monedas digitales, como reclama Murphy. Si Europa se erigiera en bastión de restricciones para las criptomonedas, el principal beneficiario será el desarrollo del comercio electrónico en Estados Unidos y países de Asia, frente otra vez, Europa.

Y siguiendo con Murphy no basta con reconocer que la tecnología, las monedas virtuales y las innovaciones en los servicios financieros van a tener un impacto en la forma en que los servicios financieros se desarrollarán en el futuro. Hay que diseñar una estrategia competitiva.

Falta imaginación y valentía.

Bitcoin, necesidad de respuestas globales

En un mercado financiero global resulta que la regulación y las
políticas monetarias están segmentadas en bloques geográficos de
soberanía (EE.UU, Tokyo China, UE…). Globalización económica y
financiera e incoherencia global de unos poderes fragmentados y que
sobrevive a base de parches tipo G-8, G-20, etc.

Las
monedas digitales tipo Bitcoin vienen a poner de relieve este tipo de
incoherencias y quizás  la necesidad de que el mundo se ponga de acuerdo en una regulación y la creación de un espacio institucional capaz de dar una respuesta global.

Europa si camina por las senda de las restricciones, se equivocará otra vez. Bajo la bandera de la defensa de los intereses de los ciudadanos, las autoridades europeas están logrando la carencia más absoluta de relevancia en el desarrollo de la economía digital, más concretamente, de empresas tecnológicas que son, en última instancia, las que imponen las normas.


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