Lara, el abogado con Inteligencia Artificial

La tecnología legal no deja de sorprendernos. Los abogados con Inteligencia Artificial (AI lawyer) van aterrizando en el mundo de la abogacía. La inteligencia artificial permite automatizar el trabajo de menos valor y aumentar la productividad de los abogados físicos, pues los mismos pueden centrarse en aportar valor añadido a los clientes.

Ya hablamos sobre el primer abogado «robot”: “DoNotPay” en nuestro blog, con el post, mi abogado es un robot.

Ahora con la incorporación de Lara en AirHelp nace el primer AI lawyer en el sector de las reclamaciones y defensa de los pasajeros aéreos.

AirHelp es la compañía líder en reclamaciones por retrasos de vuelos, y para aumentar la eficiencia a la hora de determinar la viabilidad de éxito en cada reclamación que hagan los clientes, ha decidido servirse de la inteligencia artificial.

Lara el abogado robot

Las tareas de este abogado “robot” consisten en procesar las reclamaciones por compensación de vuelos de forma muy rápida. Así, el abogado virtual es capaz de decidir en tiempo real si una reclamación es viable y emprender las oportunas acciones judiciales. Las evaluaciones que realiza son en el 95% de los casos correctas, superando así las capacidades humanas con un promedio del 91%.

La inteligencia artificial llega hasta el punto de conquistar el aprendizaje. Lara, aprende de sus compañeros humanos. Para deliberar en casos similares tiene en cuenta las decisiones previas tomadas por sus “colegas” de trabajo y es capaz de determinar la viabilidad de un caso basado en situaciones parecidas.

Así vemos como la creación de AI lawyers no supone la supresión de los abogados humanos. Más bien al contrario, son un complemento para el crecimiento profesional de los mismos, dado que proporcionan al abogado físico beneficios en las medida en que les eliminan el trabajo burocrático y administrativo repetitivo.

El valor añadido que el abogado físico aporta a un procedimiento mediante decisiones y criterios humanos no es susceptible de ser sustituido por los abogados virtuales. Y, es más, también suponen un beneficio para los consumidores finales al concederles facilidad en el acceso a la justicia y sobre todo al ser más económicos.

No hay dudas de que la figura del abogado virtual está siendo y será cada vez más habitual, sobre todo en los casos de reclamaciones en masa. Por ello la coexistencia de juristas -físicos y robots- precisará de una regulación especial que se adapte a la realidad existente. Así nosotros, los abogados humanos, también tenemos deberes ante la llegada de la inteligencia artificial: Adaptarnos a un entorno competitivo cambiante potenciando conocimientos tecnológicos, comerciales y de comunicación.

No hay que tratar a la tecnología artificial y a sus artilugios como una amenaza en sector de la abogacía, sino como una ventaja.


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