El pasado 23 de abril, el Gabinete de Comunicación del Ministerio de Justicia emitió una nota en la que resaltaba el éxito en la textualización de 23.000 grabaciones de vistas judiciales mediante el empleo de técnicas basadas en inteligencia artificial.
Además de la tecnología de reconocimiento de audio y transposición a texto, la inteligencia artificial utilizada también implementa la tecnología machine learning. Con esta técnica, la inteligencia artificial dispone de la capacidad de alimentarse mediante los propios usuarios del sistema. A mayor utilización de la inteligencia artificial, mejores serán sus prestaciones.
El propósito principal de la transposición a texto de las vistas es la agilización de los procesos de búsqueda mediante la utilización de palabras claves. Con ello se pretende una mejora de la productividad, que el Ministerio estima en un 60% del tiempo de búsqueda.
Con esta nueva implementación tecnológica podemos apreciar el cambio de paradigma al que también se ha expuesto nuestra sociedad. Así, con el cambio de milenio, se empezó a promover el empleo de medios técnicos para la grabación de las vistas judiciales. En los últimos veinte años, se han ido acumulando las grabaciones de la mayor parte de las vistas. En la actualidad, la abrumante cantidad de información se vuelve ineficaz sin un sistema de búsqueda ágil que permita filtrarla.
Si bien es cierto que la implantación de inteligencia artificial para mejorar procesos de búsqueda es una vía que están tomando multitud de bases de datos, con información en texto, imágenes o vídeos, cabría cuestionar si la textualización de lo acontecido en una vista puede agilizar el funcionamiento de la Justicia. En este sentido, la sentencia que se dictase en el proceso contendría la información más relevante que podría ser de aplicación a ulteriores procedimientos. La aplicación más práctica que podría tener el empleo de esta tecnología de inteligencia artificial sería el análisis que pudiesen realizar segundas instancias de la prueba practicada en sala, en las instancias anteriores.
De cualquier modo, resulta evidente que para acercarnos a la mejora de productividad a la que alude el Ministerio mediante el empleo de esta inteligencia artificial, sería preciso que se dotase de formación a sus usuarios para poder extraer el máximo potencial. Habrá que permanecer a la espera para comprobar si los resultados son apreciables.