Business Intelligence: inteligencia artificial en la empresa

La tecnología sigue avanzando para ayudarnos en nuestro trabajo. Business Intelligence es un proceso tecnológico mediante el cual se analizan datos y, en base a ellos, se presenta información accionable para ejecutivos, administradores y otros usuarios corporativos para ayudar en la toma de decisiones de índole empresarial.


A través de Business Intelligence se puede gestionar grandes cantidades de datos estructurados y/o desestructurados para lograr su correcta identificación y desarrollo con el fin de crear nuevas oportunidades estratégicas de negocio. Su objetivo es viabilizar la correcta interpretación de estos datos masivos para poder implementar una estrategia efectiva basada en enfoques que ofrecen notables ventajas competitivas en el mercado.

 

Aplicación de Business Intelligence en el sector legal

Los modelos de negocio, tanto en los bufetes de abogados como en los departamentos legales de distintas empresas, están en constante evolución. Con la introducción de las nuevas tecnologías, se ha viabilizado el máximo rendimiento corporativo, incrementando la eficiencia laboral y agregando valor a las operaciones mientras se reducen costes.

La profesión legal en particular ha sido susceptible de estos cambios. El impacto de la globalización del mercado legal ha traído consigo a clientes más exigentes sobre el servicio legal a proporcionar, todo dentro de un ambiente corporativo altamente competitivo. Para poder mantenerse en la cúspide del éxito y para mejorar la rentabilidad y crecimiento empresarial, los despachos de abogados tendrán que evolucionar junto a los requerimientos y exigencias del mercado legal.

Para poder llevar a cabo metas estratégicas, las corporaciones, empresas, departamentos legales y y/u organizaciones deben tener acceso en tiempo real a Business Intelligence, es decir, a inteligencia accionable en virtud a su base estructural y a la integridad de datos concretos.

Los bufetes de abogados que manejan datos al por mayor son un almacén para transformar datos en conocimiento y el conocimiento en ganancias. Es evidente que las ventajas que ofrece Business Intelligence en las organizaciones son muchas, facilitando la gestión de datos para una correcta administración a nivel corporativo. Sin embargo, no hay que olvidar que la tecnología no es un sustituto de conocimiento, ni de intuición ni de aquellas habilidades que caracteriza la labor de un abogado, administrador o persona que tenga a su cargo una actividad empresarial. Estas cualidades subjetivas jamás podrán ser replicadas o reemplazadas, en tanto el conocimiento se gesta desde y para los seres humanos.

Con la implementación de herramientas Business Intelligence en el sector legal, los despachos jurídicos y departamentos legales en las empresas ahora pueden medir datos que permitirían a los socios y al personal tomar decisiones más informadas respecto a sus operaciones corporativas.

Business Intelligence ayuda a las empresas a combatir limitaciones tradicionales del negocio, como por ejemplo: la obtención de datos erróneos, incorrectos u obsoletos, problemas al integrar datos, largos tiempos de respuesta, gran inversión de capital humano al procesamiento de datos, deterioro en el rendimiento y rigidez en la extracción de datos.

Entre las diversas ventajas que Business Intelligence ofrece al sector legal, se encuentran: la determinación de activos disponibles, márgenes de utilidad bruta y neta, y ratios de deuda. También ayudan a calcular el costo de servicio a los clientes, la rentabilidad por área de práctica, la rentabilidad por socio o profesional a cargo y la optimización facturable.

Así, echarle un vistazo a la misma información desde un ángulo más innovador y eficiente crea un panorama completamente distinto. La práctica legal requiere eficiencia, la cual deriva en rentabilidad. Con la utilización de software diseñados específicamente para llevar a cabo funciones propias del Business Intelligence, los abogados en diferentes prácticas legales podrán ver qué casos resultarían más rentables, qué actividades estarían costando más dinero tanto a nivel interno como externo y qué enfoque debería darse en términos de publicidad para poder atraer y captar nuevos clientes.

 

Business Intelligence y su relación con normativa relativa a la protección de datos

El Reglamento General de Protección de Datos del Parlamento Europeo de 27 de abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos, define en su artículo 4 “datos personales” como: “toda información sobre una persona física identificada o identificable («el interesado»); se considerará persona física identificable toda persona cuya identidad pueda determinarse, directa o indirectamente, en particular mediante un identificador, como por ejemplo un nombre, un número de identificación, datos de localización, un identificador en línea o uno o varios elementos propios de la identidad física, fisiológica, genética, psíquica, económica, cultural o social de dicha persona”.

Asimismo, establece que: “La protección de las personas físicas en relación con el tratamiento de datos personales es un derecho fundamental. El artículo 8, apartado 1, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea («la Carta») y el artículo 16, apartado 1, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) establecen que toda persona tiene derecho a la protección de los datos de carácter personal que le conciernan.”

Como los datos procesados a través de Business Intelligence podrían encontrarse en una fuente de datos desestructurada donde constan una variedad de datos que bien podrían subsumirse a la definición dada por el Consejo Europeo, se dificulta la tarea de procesamiento, pues habrá que velar por su protección durante su tratamiento. Si se considera que, entre las muchas actividades que pone a disposición Business Intelligence, pueden autogenerarse reportes a través del procesamiento de dichos datos, habrá que determinar cuál sería el alcance de los mismos y a quiénes podrían estar dirigidos para evitar así su ilegítima divulgación y/o el tráfico ilícito de los mismos.

 

En definitiva, las tecnologías detrás del Business Intelligence no sólo organizan y optimizan la práctica legal en el día a día, sino que también resultan útiles para presentar una perspectiva amplia del mercado y captar nuevos clientes. Nos ayuda a entender la forma en la que cambia el mercado y las nuevas necesidades de los clientes en base a datos que el Business Intelligence procesa por y para nosotros, aunque habrá que tener cuidado, pues esta «inteligencia de negocios» deberá respetar siempre la legalidad, sobre todo en materia de protección de datos. 

 


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