Procedemos a enunciar las ventajas de este sistema ya que cada una sería objeto de un profundo estudio.
- Ahorro entre el 40 y el 60% de agua respecto a los sistemas tradicionales de riego
- Reducción muy significativa en mano de obra. No sólo en la vigilancia del riego sino, y sobre todo, por la menor incidencia de las malas hierbas en el cultivo.
- Economía importante en productos fitosanitarios y abonos.
- Incremento notable en la producción.
- “ “ en la calidad de los productos.
- Posible utilización de aguas de baja calidad en otras épocas consideradas inservibles para riego
- Adaptación a todo tipo de superficies y desniveles en su relieve natural sin inversión en la nivelación y transporte de tierras
- Reducción en el lavado del suelo por acumulación de sales.