Construcción de una ciudad con nivel de emisiones cero en Abu Dhabi.
Según un artículo publicado esta semana en Technology Review, una ciudad que se está construyendo en Abu Dhabi servirá como prueba a gran escala de las energías renovables.
La semana pasada, se inició bajo el clima desértico de Abu Dhabi la construcción de una ciudad que albergará a 50.000 personas y 1.500 empresas, pero que tendrá un consumo extremadamente pequeño de energía y la poca que utilizará provendrá de fuentes de energías renovables. El primer edificio es un nuevo instituto de investigación que sus fundadores esperan se convierta en la semilla de un nuevo Silicon Valley en Oriente Medio, pero centrado en fuentes de energía renovables en lugar de en tecnologías de la información.
La ciudad, que se espera costará 22.000 millones de dólares, implementará un conjunto de tecnologías, incluidos paneles solares de película delgada que actúan como materiales de fachadas y tejados de los edificios, sensores para monitorizar el consumo de energía y vehículos sin conductor impulsados por baterías que harán que los coches resulten innecesarios. De hecho, sus fundadores esperan que sirva como banco de pruebas para una miríada de nuevas tecnologías propuestas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La nueva ciudad de emisiones cero, que se está construyendo cerca de la ciudad de Abu Dhabi, en el centro de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), forma parte de la Iniciativa Masdar, un programa de inversión de 15.000 millones de dólares, financiado por el estado y diseñado, en parte, para garantizar que la prosperidad de los EAU no dependerá exclusivamente del petróleo. Según sus gobernantes, este proyecto otorgará al país una posición de liderazgo en energías renovables. Si tiene éxito, señaló el Sultán al Jaber, CEO de Masdar, «estaremos a la cabeza del mundo».
Diseñar la ciudad desde cero ofrece una serie de ventajas. Alrededor de la mitad del coste de la energía solar corresponde al trabajo y los materiales de instalación. En Masdar, las células solares de película delgada se pueden incorporar directamente en las fachadas de los edificios sustituyendo a otros materiales de construcción convencionales, lo que reduce el coste de la energía solar. La energía necesaria para la refrigeración se reducirá controlando la orientación y el diseño de los edificios, calles y espacios verdes de la ciudad para alcanzar un equilibrio entre sol y sombra, y promover la circulación natural de aire.
La energía para el transporte también se reducirá. Medios de transporte eléctricos eficaces proporcionarán un servicio a domicilio: bastará con que el usuario introduzca la dirección de destino y el transporte irá a recogerlo a donde se encuentre y lo llevará automáticamente a su destino. La energía de impulsión procederá de fuentes de energía renovables y será almacenada a bordo en baterías.
El consumo de agua se mantendrá al mínimo, lo que reducirá la energía necesaria para desalinización, y una serie de sensores repartidos por la ciudad informarán a los residentes acerca de su consumo de energía, de modo que deberán pagar un dinero extra en caso de que realicen un consumo excesivo.
Los diseñadores de la ciudad prevén que las mejoras en cuanto a eficacia tendrán como resultado una reducción del 75% en el consumo de energía en comparación con el de una ciudad convencional del mismo tamaño.
Fuente: Technology Review