El laboratorio europeo Columbus llega a EEUU como salvador de la Estación Espacial Internacional
Según un artículo de The Guardian publicado el 31 de mayo de 2006, el laboratorio Columbus, considerado salvador del ridiculizado proyecto de la Estación Espacial Internacional, llegó el 30 de mayo a Cabo Cañaveral, en Florida, donde se preparará su lanzamiento para finales del año que viene.
Se trata del proyecto más caro financiado por Europa en toda su historia espacial y que ha costado billones de dólares: un laboratorio científico de 20 toneladas diseñado para estudiar algunos de los problemas más complejos con los que se encontrarían los humanos a la hora de realizar un largo viaje a Marte.
Para los científicos, Columbus supone una revitalización de los objetivos científicos de la estación espacial, que ha estado privada de fondos hasta el punto de apenas obtener resultados científicos a cambio de los 100 billones de dólares (casi 79 billones de euros) que ha costado.
El laboratorio europeo Columbus podría acabar siendo, junto con Kibo (un módulo de laboratorio japonés), el único sitio en el que los científicos podrán realizar experimentos en el espacio. Según Keith Cowing, antiguo científico de la NASA y editor del sitio Web Nasawatch: “Los europeos y los japoneses son los que están salvando el momento”.
La idea de que Europa debería contribuir al proyecto de una estación espacial empezó a perfilarse a comienzos de los 80. La Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) se puso en marcha una década después, por medio de un consorcio de varios países liderados por EEUU.
(Hacer clic en play para ver este IMAX vídeo sobre la construcción de la Estación Espacial Internacional).
Para entonces, la Agencia Espacial Europea (ESA) había acordado que su contribución sería un laboratorio científico: Columbus se aprobó en 1985, y un equipo de científicos de Alemania, Italia y Francia se pusieron manos a la obra. Se esperaba que fuese lanzado por el transbordador espacial a mediados de los 90.
Sin embargo, el proyecto de la ISS se encontró con problemas desde su comienzo. La primera pieza se lanzó en 1998 pero, a medida que aumentaban los costes, la Nasa empezó a recortar su ambicioso plan. El accidente sufrido por el transbordador espacial Columbia en el año 2003 estancó el progreso, al tener que suspender todos los viajes para añadir componentes a la estación. «Enseguida, EEUU redujo drásticamente sus laboratorios», afirmó el Dr. Cowing. «Ha disminuido el trabajo científico realizado allá arriba. Y puede que el grueso de personas que realizan una labor científica en la estación espacial acabe estando formado principalmente por astronautas europeos y japoneses, o por astronautas estadounidenses contratados por Europa o Japón».
La ISS se lleva 2 billones de dólares al año del presupuesto de la Nasa por mantenerse en una órbita terrestre baja. Es uno de los muchos proyectos que han decaído víctima de la falta de fondos, a medida que los objetivos de investigación de la Nasa han ido variando hacia el envío de humanos a la luna en las próximas dos décadas, para continuar luego con Marte.
Según los planes actuales, la estación no estará terminada hasta el 2017, e incluso entonces, será solo el armazón de los planes originales. El año pasado, Mike Griffin, jefe de la Nasa, pospuso toda la investigación científica realizada en la estación, al recortar su presupuesto en 334 millones de dólares.
Columbus, que ha permanecido en un almacén de la ESA en Alemania desde su finalización hace unos años, supone una nueva esperanza para los científicos. Su labor principal consistirá en estudiar en qué medida se ve afectado el cuerpo humano tras largos períodos de tiempo en el espacio, con el fin de preparar futuras misiones a Marte. Una de las preguntas clave es por qué los huesos de los astronautas se debilitan en el espacio. También realizarán investigación biológica elemental estudiando la estructura de las proteínas (un trabajo complicado en la Tierra debido a que la gravedad obstaculiza el desarrollo de cristales grandes de proteínas).
Según Tim Stevenson, que trabajó en la construcción del Columbus a comienzos de los 90 y actualmente es ingeniero jefe del laboratorio de ciencias espaciales de la Universidad de Leicester, “el retraso en el lanzamiento del Columbus al espacio originó tensiones entre la agencia europea y la estadounidense”. Y señala también que la determinación europea de hacer uso de la estación espacial probablemente supere a la estadounidense.
Por su parte, el Dr. Cowing afirmó que, a pesar de que el jefe de la Nasa haya admitido que la ISS ha sido una cruz para ellos, EEUU mantendrá el control de la estación.
Fuente: The Guardian Science
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