Según un artículo publicado esta semana en newscientist.com, científicos estadounidenses han quitado las células de los corazones de ratas y los han regenerado con otras nuevas, logrando que volviese a latir en un experimento pionero que podría conducir a nuevos tratamientos para pacientes humanos.
Se puede modificar con ingeniería el tejido de un corazón en el laboratorio, pero reconstruir el órgano en su totalidad desde el principio es complicado, debido a su compleja red vasos sanguíneos.
Sin embargo, Doris Taylor, de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis, EEUU, y sus colegas han «descelularizado» corazones de ratas añadiéndoles unas sustancias químicas que deshacen las células dejando a su paso tan solo el tejido conectivo, que está hecho de proteínas.
Los investigadores observaron que la estructura resultante todavía conservaba la compleja forma tridimensional del corazón, incluido el espacio para todos los vasos sanguíneos.
Posteriormente, añadieron a la estructura células de vasos sanguíneos y músculos del corazón de ratas recién nacidas e hicieron circular un caldo de nutrientes a su alrededor. Las células sembradas migraron a lo largo de la estructura y desarrollaron músculos y vasos sanguíneos.
El equipo aplicó también pequeñas descargas eléctricas para hacer que el corazón empezase a latir. En cuatro días, el tejido empezó a contraerse y en tan solo 8 días el nuevo corazón estaba latiendo con un 2% de la eficacia de un corazón adulto.
Según Julia Polak, del Centro de ingeniería de tejidos del Imperial College London, se podría realizar el sembrado con las propias células del receptor, evitando así la respuesta inmunológica que dificulta los trasplantes de órganos, algo que podría salvar muchas vidas.
Fuente: New Scientist