La noticia de ayer no pudo ser más grave: el Gobierno ha decidido cobrar los medicamentos a los jubilados y -probablemente – también lo hará para las visitas medicas.
Indignado, y para desahogarme, colgué mi opinión- acabada en INFAMIA LEGAL- en Facebook y en Twiter y me han llovido los comentarios más desiguales y la mayoría aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.
Los más argumentan que” dicen que conocen“ “me han contado» “ya era hora de acabar con el amontonamiento de medicinas en los cajones» «es escandaloso ir a urgencias por una nadería» …»total por 8 euros ..lo que cuesta un desayuno en Cafeteria.».
Ayer mismo desde Colombia nuestro Presidente insistió en que” 8 euros no son nada”. Evidentemente ignora que 8 euros suponen 10 dias de pan en casa del jubilado.
A nuestros ciudadanos les cuesta mirar más allá de su propio espejo.
Es muy difícil que piensen con benevolencia en los “otros”. Con frecuencia los españoles acudimos rápidos a citas extraordinarias de generosidad, pero ignoramos erróneamente que la solidaridad es una actitud de vida y no una virtud heroica.
Es habitual que los políticos, con sus sibilinas estrategias, primero desacrediten, denigren y culpabilicen a cualquier colectivo para crear opinión que justifique un recorte o un ataque despiadado , logrando asi el “placet” de una ciudadanía intencionadamente mal informada.
En este caso, y por mi parte, Sobresaliente : han logrado la descalificación de los pensionistas, el desprestigio del enfermo y sus Médicos, y, siguiendo la secuencia, sanción a la enfermedad con penalización al escaso bolsillo del Jubilado .
Hablan de escalas, de exceptuar a los que perciben lo mínimo para malvivir o a los parados, y olvidan decir que los pensionistas que cobran 600 € (3 millones) están en paro perpetuo y con su pensión deben hacer frente a la comida, el vestido, el gas, la luz, el alquiler , los hijos en paro y, desde ahora, también los medicamentos con las que sólo pretenden retardar su muerte
Se me olvidaba: la excusa es que paguen más los que más tienen .
¿Acaso creen que los más ricos hacen cola en los ambulatorios y esperan turno medico o se acercan a los hospitales? Su salud no anda por estos barrios.
Yo no tengo seguro privado, voy a mi Centro de Salud y comparto y hablo con los que conmigo hacen cola y esperan semanas o meses para una intervención, y os puedo asegurar que si hay abusos y desmesuras, y no son tantas, es porque falla la Institucion. No fallan los médicos, ni los gestores, ni los enfermos. Falla el método y la organización y nunca el enfermo que si al abusa guardando aspirinas es por la inseguridad que el Sistema mismo le ha creado.
Primero que organicen mejor, que coordinen, que estudien nuevos sistemas,
que controlen puestos, dosis y rendimientos pero no penalicen a quien no tiene nada que ver con sus desvaríos.
He sido empresario y sé lo que me digo.
Se nota que venimos de una época de abundancia donde un negro velo ha hecho olvidar que hay mucha gente que sufre enfermedades crónicas, afecciones más o menos graves, incapacidades o simplemente el cúmulo de dolencias y achaques que conlleva la vejez.
Nuestra sociedad se ha olvidado demasiado pronto de que los ahora viejos son los mismos jóvenes que sufrieron la guerra y el hambre de la postguerra, la Dictadura , la emigración, la Transición y, rompiéndose el lomo, fueron ellos, y no otros, los que sacaron a este país de la pobreza haciendo posible que nuestros hijos tuviesen mejor educación, mas salud, mejores transportes, más oportunidades de empleo y mejores condiciones de vida que las que ellos padecieron.
Resulta vergonzoso que ahora esos mismos paguen también la burbuja, los desmadres en los gastos inútiles, las corrupciones, las deudas de los Bancos,
las estafas al Estado, las evasiones de capitales y en fin las locuras de una política corrupta y partidista que no se para en barras con tal de obtener el Poder.
Pero no se preocupen, porque no nos han bajado la pensión. La hemos cobrado y luego nos han aumentado un gasto imprevisto que ya pagamos en nuestra vida laboral.
Quien ahora legisla puede estar tranquilo. No habrá manifestaciones, ni pancartas ni mítines ni ocasión para desordenes públicos o pelotas de goma porque quienes van a sufrir los efectos de esa Ley Infame , sufren lumbalgias, están impedidos, su voz no es potente, se cansan al andar y ya no esperan nada de la vida porque la sociedad que ellos construyeron les ha olvidado.
Sabio comentario Don José. Suscribo y admiro todas tus palabras. Es una injusticia que lo logrado con tanto esfuerzo lo tiren ahora por la borda quienes están obligados a administrarlo.