La crisis ha abierto muchos ojos que, confiados, dormitaban en la inconsciencia de la abundancia.
Los que no somos nadie, los que sólo aparecemos en las estadísticas, los sólo presentes a la hora del voto o de cotizar, los insignificantes, bobos y crédulos, hemos despertado sumidos en una pesadilla real que nos sobrecoge el alma..
Se han levantado muchas alfombras que creíamos limpias pero que han estado ocultando basura, mentiras, traiciones, ilegalidades, intereses personales, o partidistas y mezquindades que ocultaban al final la codicia que suele anidar en lo más profundo del ser humano.
A la codicia inmoral, sólo la detiene la Etica; lo que la sabiduría del pueblo ha llamado siempre honradez y que todo humano de bien, va cultivando en su conciencia como “antivirus” ante las tentaciones insolidarias, que nos acechan durante nuestro viaje vital.
Ninguna Institución nacional o internacional se ha librado de las desvergüenzas ocultas. La Politica, los Partidos, los Gobiernos, las Naciones, las Comunidades autónomas, la Justicia, la Monarquia, la Iglesia, los Bancos, las Cajas y todos a cuantos delegamos la administración de nuestras vidas y haciendas se van derrumbando casi a un tiempo.
La Europa de las solidaridades ha sido asfixiada por la Europa de los mercados mostrando asi que lo que algún dia fue un sueño no era más que una asociacion descuyuntada de intereses inconfesables.
El volcan de evidencias punibles ha estallado y el magma de putefracción nos invade imparable.
¡Han abusado de nuestra confianza y ahora se atreven a pedir que creamos en sus promesas! Viven en un globo artificial alejado de la tierra y lejanos a las calles y, en su desprecio, ignoran que tenemos cerebro, pensamos, nos hacemos preguntas y sacamos consecuencias.
Las tertulias, los amigos y los desconocidos que antaño pasaban de discutir y obviaban temas, conscientes de sus diferencias partidistas, ahora se sienten unidos y coinciden en el mismo lenguaje.
«No les creemos, estamos indignados, cabreados y dolidos». Mientras la calle se duele los defraudadores escapan con los bolsillos llenos, y, para nuestra ruina, se llevan el dinero en cantidades oficialmente contabilizadas a paraísos de seguridad. Nadie se mueve para contener la hemorragia. Es sólo un ejemplo.
Pedimos cambios profundos porque nada de lo anterior sirve: el tiempo ha demostrado su ineficacia, pero nos tememos que haya reformas y más reformas para que todo siga igual.
Por eso ya no creemos.
El pueblo, la gente, nosotros, los mas afectados, pedimos que todo se reforme sobre una BASE NUEVA Y LIMPIA. Queremos saber lo oculto, queremos un mundo cimentado en la TRANSPARENCIA. Que se acabe con la falsedad del Neoliberalismo odioso cuyo dogma es la autorregulación de los lobos vigilando el ganado
Es la ventaja de una crisis tan profunda. Nuestra conciencia de queja se extiende imparable como un mar de aceite y en todos los foros, en todas las redes, en todas las tertulias sean de café o de expertos incluso en los mercadillos y almacenes sólo se habla de estafadores y estafados , de mentirosos y engañados. La calle ha caido en la incredulidad y toda ella clama contra quien se enriquece por la cara, por aprovechar su puesto,y es que los hombres de a pié saben lo dificil que es ganarse la vida euro a euro, y se niega a que otros los desnuden y se lleven el sudor de su trabajo.
Esa misma gente empieza a pensar y cuando el pueblo piensa se pregunta y exige respuestas, no excusas ni rodeos: sólo reclaman verdades transparentes y personas honradas y fiables de las que las Instituciones están tan escasas.
¿Es tan dificil olvidar a los amiguetes y paniaguados encubridores para buscar gestores adecuados, limpios y honrados?
Exactamente es esto lo que está pasando, pero la pregunta es, cómo lo cambiamos?? No votando? Votando en blanco? La única solución es un cambio desde dentro del sistema pues no conocemos otro modo mejor de gobierno que la democracia y para ello sólo se puede atajar el problema limpiando la política de corrupción y poniendo instituciones de vigilancia, pero …. quíen vigila al vigilante? No será esto algo intrínseco en la naturaleza del ser humano. Como bien dices, me niego a pensar que el ser humano es naturalmente corrupto. Más al contratio, creo que es naturalmente honesto y solidario pero se nos ha tapado los ojos con promesas de paraisos idílicos, con promesas de tiempos mejores, o peores si no hacemos esto o esto otro.
La solución es interna y personal, debemos hacer un trabajo de introsprección y de auto análsis y ver de qué modo queremos vivir, queremos seguir rodando en la rueda sin fin? Queremos bajarnos y empezar de nuevo? Estamos dispuestos a asumir este riesgo y sus consecuencias? Serán tan malas estas como predicen los que están dentro del actual sistema? Acabo con una cita de un amigo, no hay peor decisión que la indecisión.
Es cierto José, sólo si retomamos posturas éticas distintas se podrá superar de alguna manera esta crisis que es mundial y además connatural a este sistema en que vivimos.
Carmiña