Descubren el «talón de Aquiles» de las células cancerígenas

Las células de algunos tipos de cáncer tienen en su interior su propia «semilla» de autodestrucción.

Han descubierto unas proteínas que actúan como objetivos del sistema inmunológico y que se encuentran en la superficie de todas las células tumorales de un paciente.
Normalmente estas proteínas o «marcadores» están protegidas del ataque del sistema inmunológico por la rápida evolución de las células cancerígenas que cambian constantemente.

El rápido crecimiento de un tumor hace que se vayan acumulando mutaciones genéticas que hacen que las células tumorales evolucionen y se comporten de manera muy diferente, lo que dificulta que el sistema inmune las pueda atacar. Esto es un problema para los médicos y los pacientes ya que hace que el cáncer pueda resistir a los tratamientos.

Una forma de dirigir al sistema inmune para eliminar el cáncer.

La complejidad genética de un cáncer es lo que dificulta su tratamiento, y surge cuando los cánceres evolucionan de forma ramificada acumulando mutaciones.

Las primeras mutaciones se encuentran en todas las células, es como si dijésemos el «tronco» de la enfermedad, pero conforme el cáncer va creciendo y evolucionando, van surgiendo nuevas mutaciones en algunas células, pero no todas.

Son estas «ramas» las que permiten que la enfermedad se adapte y se haga resistentes a los medicamentos.

La nueva investigación, publicada en la prestigiosa revista Science, ha demostrado que podrían utilizarse las primeras mutaciones («tronco»), que están presentes en todas las células del tumor, como posibles dianas para tratamientos de inmunoterapia.

Y que una vez identificadas y aisladas, estas mutaciones «omnipresentes», se puede dirigir un «ataque» selectivo del sistema inmune para destruir el cáncer.

Los científicos esperan usar el tratamiento en seres humanos en dos o tres años.

La investigación se encuentra aún en una fase temprana, pero los autores plantean que en el futuro se podrían desarrollar dos posibles rutas para el tratamiento de pacientes con cáncer.
  • Biopsia del tumor de un paciente, leer su genoma y averiguar qué marcadores están presentes en todas las células cancerígenas.
  • Si se encuentran células inmunes en el interior del tumor que reconocen estos indicadores, se podrían multiplicar en el laboratorio, y luego volver a infundirlas en el paciente, produciendo un ataque muy efectivo hacia las células cancerosas.
  • Se podrían utilizar estos marcadores de las células cancerosas para hacer una vacuna contra el cáncer. Inyectarla en el cuerpo, que las células inmunes la identificasen como invasores y lanzarsen un ataque. 

McGranahan N, Furness AJS, Rosenthal R, Ramskov S, Lyngaa R, y col. Science (2016). Más información.

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