Resultan ideales en habitáculos con poca profundidad y, colocados frente a la puerta, de manera que al abrirla quede reflejada ya la habitación improvisarán un efecto mucho mayor.
Resuelven espacios a los que quieres dar cierta grandiosidad sí los enmarcas en panes de oro, o de formas ovaladas ante tocadores dando un aire romántico.
No pienses sólo en un espejo para colgar, también los hay de pie, que en vestidores no sólo cumplen una función práctica, sino además decorativa pues los acabados van desde los más atrevidos terminados en metal hasta los más elegantes a juego con el propio vestidor o incluso entelados, o bien en la mesilla de noche o en el tocador.
Como verás, un espejo no sólo resuelve espacios reducidos, sino que que pueden dar importancia a una estancia o lugar (por ejemplo encima de una chimenea) con un marco adecuado y envejecida la luna, y, si tu bolsillo anda ajustado últimamente, puedes atreverte a hacerlo tu mismo, comprando un marco hecho de resinas y darle tu propia personalidad bien coordinándolo con las telas de la estancia donde lo vayas a colocar, o pegando conchas, guijarros o incluso con fotografías de tus peques o de tus momentos más divertidos o incluso de tus viajes o simplemente pintándolos con pan de oro o envejeciéndolos, si te apetece algo más elegante.
Las entradas aunque muy tópicas en su composición generalmente incluyen un espejo que aconsejamos si además resultan oscuras y permiten darte un último vistazo.
Juega con las formas y piden que te lo corten en forma de estrella, de flor o de animalillo con los cantos biselados de manera que el marco sobre y sea el protagonista el propio espejo.
Consejo: Sí tienes una cena en casa prueba a poner en el suelo, recostado contra la pared un espejo y delante velas de diferentes tamaños, el efecto resulta muy teatral.
