Cuartos de niños

Nuestros hijos también tienen sus preferencias a la hora de elegir el lugar donde pasan gran parte de su tiempo y la mayoría de las veces no sólo para dormir sino también para jugar y/o estudiar dependiendo de la edad que tengan.

Sí tienen edad para ello puedes atreverte a dejar volar su imaginación y que sean ellos los que te pidan los colores, muebles o juguetes que más los estimulen y a partir de esa base desarrollar tú el proyecto, ajustándolo a las necesidades que tus creas le son imprescindibles por su edad.

Indudablemente, un niño de tres años no querrá ni necesitará las mismas cosas que un adolescente o un bebé, por ello no te ofusques en montar una habitación para “siempre”, ni gastes sumas exorbitantes en mobiliario infantil que cuando crezca quedará probablemente obsoleto.

Adopta ideas originales como colocar una pizarra grande y cortada a medida (en tiendas de bricolaje puedes encontrarlas y pedir que te las corten a las dimensiones que tu desees) a modo de zócalo, en una de las paredes de la habitación de manera que, el niño pueda pintar sobre ella y, variando el dibujo tener cada día un ambiente diferente. Si te resulta demasiado atrevido puedes poner láminas de corcho que, resultan más asequibles y se venden por rollos para que pueda pinchar sus dibujos favoritos y, si tu presupuesto te lo permite, puedes optar por papeles pintados infantiles o juveniles pero entonces debes tener en cuenta que si la habitación no es muy grande el dibujo puede «comerte” el espacio, para lo cual elige uno con motivos pequeños y empapela sólo hasta la altura de la ventana rematándolo con un listelo que puedes pintar con el color predominante del mismo, la parte superior de la pared la pintas de ese color o puedes dejarla en blanco.

Ten en cuenta que los colores intensos son más sufridos que los claritos y que éstos a su vez aportan mayor luminosidad y una visión de amplitud si la habitación es pequeña.

Si tus hijos se acercan a la edad adolescente no puedes olvidar ubicar un espacio de estudio donde puedan concentrarse, para ello además de una mesa con un fondo de al menos 0,30cm y una silla, preferiblemente anatómica, la luz será otro de los factores que no podrás descuidar. Colócala a su derecha si es zurdo, de manera que al escribir no se haga sombra con su propio brazo y, a la izquierda en caso contrario. Pese a que algunos consideran fundamental ponerla frente a la ventana, es preferible evitarlo a la hora de poner el escritorio pues fácilmente se podría despistar mirando a través de ella.

A estas edades serán ellos mismos quienes decidan sobre sus gustos o preferencias. No te impongas pero trata de conciliarlos con la funcionalidad que requiera con detalles o textiles que denoten buen gusto, por ejemplo puedes contrarrestar un mobiliario metálico, útil pero frío, con pintura en la pared de tonos anaranjados o incluso un rosa chicle con colchas o cojines de un boutí estampado (tela acolchada muy débilmente) o un pachtwork (tejido hecho a trozos de distintas telas) si es una adolescente.

En el caso de un chico, atrévete con colores también cálidos y telas a cuadros con el color elegido para la pared o con un zócalo tapizado de tela escocesa y un plumas liso o simplemente con un color frío en las paredes, azul o verde ácido y una colcha que imite las manchas de la piel de vaca.

Si es un bebé, seguramente a pesar de saber que si decoras la habitación muy infantil con posterioridad no te servirá, te niegues a no darte ese capricho. Puedes conciliarlo sin renunciar, pues hay en el mercado tanto cunas transformables en camas, como muebles infantiles que pasados los primeros años puedes reconvertir dándoles un nuevo color, envejeciéndolos o incluso tapizándolos.

A medida que vaya creciendo podrás añadir los complementos o muebles que pudiera ir necesitando, sin olvidar recipientes para almacenar sus juegos, una solución barata y sencilla puede ser añadir bajo la cama o apilados en diferentes alturas cestos de mimbre o cajas de plástico con tapas de diferentes colores.

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