Después de un diagnóstico de cáncer de próstata muchos pacientes están muy preocupados por los qué pasará después de una cirugía para el tratamiento del cáncer.
Cuando un pacientes es dado de alta después de una cirugía de cáncer de próstata uno de los aspecto más importantes que se le advierte al paciente es la importancia de que la sonda que se coloca durante la operación se mantenga en su lugar.
Durante la cirugía se coloca un catéter en la vejiga después de eliminar la próstata. El catéter (típicamente una sonda Foley) favorece la recuperación en la semana posterior a la cirugía.
Una vez que se ha producido la curación, el catéter se retira. A partir de este momento se recomienda que el paciente comience a hacer ejercicios de Kegel para desarrollar los músculos del suelo pélvico y así evitar que aparezcan problemas de incontinencia urinaria.
Es común que durante las primeras semanas después de la retirada del catéter aparezcan pequeñas pérdidas de orina. Estas pérdidas suelen producirse al toser, estornudar, reír o levantarse de una silla. Con los ejercicios de Kegel, la duración y la gravedad de las fugas pueden minimizarse.
Dependiendo de cada paciente, en ocasiones también se recomienda el uso de algunos fármacos como Viagra, Levitra o Cialis para tratar de permitir un buen flujo sanguíneo en el pene y poder así preservar la capacidad de tener una erección.
El tiempo necesario para que el hombre vuelva al trabajo va a variar en función del tipo de trabajo, pero va a variar entre dos y cuatro semanas.
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