1- La apariencia física
La imagen, nuestro físico es lo primero que llama la atención a la otra persona: unas buenas piernas, unos ojos bonitos, una boca sensual, una buena «delantera», unas manos delicadas y elegantes… llaman la atención y crece el interés por acercarse.
2- Los gestos, la forma de moverse
3- La mirada
La mirada es primordial. El intercambio de miradas coquetas, picaronas, insinuantes, lánguidas, profundas… valen más que mil palabras.
3- La voz
El sonido de nuestra voz puede resultar cautivadora, sin saber muy bien por qué. Independientemente del contenido de nuestra conversación, el sonido y la cadencia de nuestra entonación les puede atrapar y subyugar.
4- El carácter
El carácter, la simpatía o el aire interesante, el trato distante y frío o cálido y entrañable o fresco y divertido, la naturalidad, la sonrisa… Pueden calar muy hondo.
5- Nuestro olor
Pero ya tras el acercamiento, el motivo definitivo es debido a la secreción de hormonas que expelemos y que llegan a la otra persona a través del olfato. Cuando esto ocurre, nos convertimos en irresistibles y el sexo opuesto no puede apartarse de nosotros. Algunas veces inexplicablemente, porque físicamente no nos había llamado la atención.

6- La forma de ver la vida
7- El sexo
El juego sexual comienza con todo este cóctel de ingredientes y puede tener una corta o muy larga vida, dependiendo de si todos los factores, que intervienen son reales y auténticos o no. No olvidemos, que las hormonas, que respiramos nos pueden hacer creer lo que no es.
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