Nuestro supermercado local tuvo un problema. Por las noches los jóvenes del barrio empezaron a juntarse fuera de la puerta (¿no tenían otro lugar donde ir?) y molestar los clientes con su comportamiento amenazante. Así que el director del supermercado puso unas altas voces fuera y puso la música de Mozart y Tchaikovsy. Fue un éxito porque los jóvenes se fueron a otro lugar. Los clientes podían comprar en paz y de hecho atraía mas clientes porque disfrutaban de la música.
El director regional de los supermercados dijo ‘sabemos que diferentes tipos de música afecta a la gente en varias maneras, y hemos demostrado que la música clásica no gusta los jóvenes. Lo hace un lugar menos guay para la gente joven y ayuda a nuestros trabajadores y clientes trabajar y comprar relajadamente’.
Mientras tanto, los auditorios hacen todo lo que pueden para atraer gente mas joven a la música clásica. Hay programas especiales y las entradas tienen precios muy reducidos, todo para crear el publico del mañana. Las academias producen músicos jóvenes y las escuelas después de años sin hacer nada están dando mas importancia a la música. No sabemos si tendrá el efecto deseado pero ojalá no fue perjudicado por este tipo de protección comercial.
Seria interesante si resultaba que los llamados ‘hooligans’ se convirtieran en aficionados de la música clásica…..y me pregunto donde se juntan ahora. ¿Y desde cuando los espacios públicos solo fueran para los compradores?
B.R.
Esto me recordo a Alex de la naranja mecanica, que aparte de ser asaltante era aficionado a la musica clasica.
En mi generacion por lo menos habemos muchos interesados en la musica clasica, yo misma quiero estudiar percusion en un conservatorio, asi que no se preocupen que el interes siempre estara ahi