Hay pocas cosas más auténticamente españolas que este tipo de teatro musical tradicional, con su mezcla de canción y diálogo. La palabra zarzuela proviene de zarza, es decir una mezcla enredada en su misma. Tuvo su origen en obras diseñadas para entretener al Rey y sus huéspedes a mediados del siglo XVII. Las actuaciones fueron organizadas en el Palacio Real de la Zarzuela, entonces una finca de caza en las afueras de Madrid.
En el siglo XVIII, la zarzuela fue transformada de una diversión para la corte real en un género querido por el pueblo, y así ha permanecido a través de su desarrollo a lo largo de los años hasta hoy.
Cuando los intereses de la corte empezaron a favorecer música con influencia italiana en el siglo XVIII, los temas pastorales y rurales de la zarzuela entraron en declive, y esta forma de opera folclórica fue casi olvidada. Su resurgimiento unos 50 años más tarde se debe en gran parte a Rafael Hernando cuya obra de zarzuela Colegiales y Soldados tuvo mucho éxito y es considerada como el inicio de una nueva etapa de este tipo tan característico de musical.
En 1851 se formó la Sociedad Artística que alquiló el Teatro de Circo para una temporada de zarzuelas con un cierto estilo italiano pero con la forma externa de la ópera cómica al estilo francés. Muchos compositores – incluso aquellos que al principio habían despreciado este tipo de música – escribieron un gran número de composiciones. Un tipo de zarzuela, normalmente en una sola acta, llamado el género chico, se hizo muy popular con sus historias muchas veces ambientadas en las zonas de clase trabajadora de Madrid. Hubo ni mas ni menos que once teatros en Madrid que se dedicaron a producir más de 150 obras de zarzuela, y el público de Barcelona también empezó a acoger con entusiasmo este género.
N.G.D.M dedica más de once columnas a esta forma de música clásica española, y solo un artículo en este blog no hace justicia a la importancia de la zarzuela. Existen muchas páginas web que ofrecen mucho más detalla que yo puedo ofrecer.
La zarzuela sufrió en la Guerra Civil española y a pesar de zarzuelas compuestas por Falla, Albeniz y Granados, empezó a entrar en declive. Mucha gente empezó a creer que este tipo de arte popular ya no tenía viabilidad. Pero su resurgimiento estaba cerca, y podemos darle las gracias a una persona por ello.
Se llama Ataulfo Argenta, y es un nombre que me es muy familiar. Dirigía orquestas y hacía grabaciones musicales en el Reino Unido en los años cincuenta, y todavía se pueden adquirir algunos de sus discos en sitios especializados. Carl Schuricht (que dirigió una de las primeras interpretaciones de la tremenda octava sinfonía de Mahler y fue un director de orquesta muy respetado durante la primera mitad del siglo XX) fue uno de sus maestros y se convirtió también en un gran amigo. Tristemente, Argenta se murió a una edad relativamente temprana, pero no antes de investigar muchas de las mejores zarzuelas y, gracias a él, hoy en día existen casi cien grabaciones discográficas de obras de zarzuela. Se reformó el Teatro de la Zarzuela en 1956, y hoy en día es uno de los teatros subvencionados de España que incluye de forma regular zarzuelas en su programación.
Yo no soy nadie para juzgar hasta qué punto la música zarzuela forma parte de la sangre de la cultura española. Pero me parece que esta forma popular de arte – tal vez por la claridad del tema y su simpleza musical – pertenece al pueblo de la misma forma en que en algunos países la música folclórica también le pertenece.
¿Música que pertenece al pueblo? Es obvio que ha llegado el momento para hablar de música flamenca. ¡Hasta la próxima!
B.R.