Otra vez es el festival de música de Bath. Se inauguro el último fin de semana de Mayo con unos fuegos artificiales fantásticos. Tengo planeado ir a varios conciertos y el lunes pasado tuve la suerte de asistir a un concierto en los Assembley Rooms de Bath representado por Freddy Kemp un virtuoso del piano y un hombre modesto. Antes del concierto hubo una entrevista con Kemp por la carismática directora del festival Joanna MacGregor.
El padre de Kemp es Alemán y su madre es Japonesa y Kemp esta casado con una Rusa. Vive en Inglaterra aunque su trabajo significa que tiene que viajar por todo el mundo. En este momento tiene mucho éxito internacionalmente. En la entrevista hablo de los muchos conciertos que había representado durante las dos semanas anteriores. ¡Y dijo que no le gusta ensayar mucho! Después de su concierto la noche anterior en Perth, Escocia, había conducido toda la noche para llegar al concierto en Bath, pero no parecía cansado durante su representación de dos sonatas de Beethoven, dos baladas de Chopin y el Mephisto Waltz No.1 de Liszt. El final fue sensacional y fue maravilloso poder estar allí.
El festival de Bath es una mezcla ecléctica de música y ha llegado muy lejos de sus origines cuando empezó en 1948. Mucho antes de que Bath se convirtiera en un destino popular para los ricos la ciudad fue conocido por su música. La Reina Elizabeth I de Inglaterra la visito en 1668 para escuchar los coristas de la catedral de Wells en concierto en Bath y durante los principios del siglo XVII Beau Nash atrajo a la alta sociedad a Bath para bañarse en sus aguas termales. Nash fue responsable de introducir una orquesta a la ciudad.
En 2008 Bath celebro su 60 aniversario con una representación fantástico de Bruckner por la Orquesta Filarmónica de Londres bajo la dirección de Colin Davis.
Joanne MacGregor no solo toca en algunos conciertos sino también asiste a muchos conciertos para hablar con el público durante los 17 días del festival.
Esta noche tengo ganas para ver el concierto del mezzo Sibongile Khumalo de Sur África en la abadía.
B.R.
Que sana envidia produce al leer tu artículo la posibilidad de asistir a un concierto en directo de Freddy Kempf. Yo me consuelo escuchándolo en un disco editado por BIS, con los 12 estudios Op. 10 de Chopin. No es lo mismo, pero algo es algo
Hola Manuel. No es lo mismo, estoy de acuerdo, pero al menos podemos disfrutar compartir el placer y la admiración cuando escuchamos a este gran músico. Saludos cordiales, Bryan.